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Arualthings

Odio - Cap. 18

La noche es tan pesada, que ni siquiera me puedo enojar
Yunho fundió sus brazos alrededor de Goongsu, con fuerza, de esa que rara vez puede usar mientras sin que él lo notara el otro posaba una sonrisa forzada entre sus labios, apretando despacio la espalda del mayor, superando su momento de forzada espera en tanto apreciaba el instinto protector que el otro le ofrecía y que tan escasamente merecía.

—No puedo creer que te marches.
—Da igual —murmuró bajito— de todas formas no nos hemos estado viendo demasiado.

—Nos hemos conocido casi una vida entera.

Goongsu no quiso refutar aquello, sonrió despacio porque contemplar la sonrisa amena de su mejor amigo era ciertamente reconfortante, a pesar de que su departamento ahora se viera vacío, las cajas amontonadas por todos los lugares.

—¿Cuánto durará esa especialización?

Él no quería hablar de ello, pero Yunho se había acomodado en el sillón junto a él y lo miraba atento como si en verdad no notara su poca disposición a hablar sobre el tema.

—Dos años, pero si me va bien por allá, quizá consiga trabajo y… no regrese.

Los ojos de Yunho se abrieron bastante, hubo un silencio tenue antes que de Jung bajara un poco la cabeza y apenas estirara un poco la comisura de sus labios. Estados Unidos sonaba algo tan lejano ahora.

—¿De qué huyes Goongsu?

Decirle que de sus sentimientos por Namin, sería destruir una amistad que planeaba salvar a través de la distancia, de nada serviría tomar esa oportunidad que en bandeja de plata le era ofrecida si de todas formas dejaba una herida marcada entre ellos. Una herida no justificada porque jamás había podido siquiera lograr que ella lo mirara de manera diferente. Era innecesario, injustificado.

—De nada, pero es una gran oportunidad ¿no lo crees?

Por un momento el mayor pareció no creer, pero prontamente Goongsu sonrió y palmeó su espalda sin recato.

—Vendré cuando tenga vacaciones, visitaré a mi familia y saldremos por ahí, además siempre puedes ir a visitarme, no es como si tuviera algún reparo en verte.
—Lo sé. —Yunho suspiró despacio, sintiendo el afecto de su amigo muy cercano a su cuerpo— He terminado con Namin.

Quizá no era el momento oportuno pero había decidido soltarlo sin demasiada premura y el  vasto silencio que su amigo le regaló fue suficiente como para sentirse más abrumado de lo esperado.

—¿Qué?
—He empezado a tomar decisiones en mi vida y creo que esta es la primera correcta en muchos años.

—Entonces ¿has comenzado algo con él?

Goongsu aún no parecía muy dispuesto a hablar de Jaejoong y eso en cierta forma lo mantenía apenado. No lo aceptaba y al parecer no parecía siquiera dejarlo en consideración. Pensó que si se quedara, con el paso del tiempo y el contacto mutuo al menos lo aceptaría en su vida. Pero no sería así, porque Goongsu se iría y esa brecha quedaría establecida de ahí en adelante.

—Algo así…

Le pareció ver una pequeña expresión de disgusto en el rostro del menor, apenas notoria porque al fin y al cabo Goongsu intentó disimularlo, pero Yunho lo conocía más que bien y ese pequeño gesto de su boca y la falta de contacto que percibió bastó para sentirse incómodo de nuevo.

—No entiendo aun como puedes preferirlo a él, pero es tu decisión y no pienso juzgarte por ello. —Aquello sonaba a un discurso muy bien aprendido y Yunho agradeció el intento— Al menos así espero que ella ya no siga sufriendo.

Si, él también espera lo mismo, desde el fondo de su corazón lo esperaba. Namin le había hecho prometer que no se cruzarían de nuevo por la vida del otro, y agradecía internamente que sus profesiones por suerte no chocaran porque de algún modo saltaban cualquier encuentro incómodo.

Sin embargo Yunho no se alejaría por completo de ella, no estaría en paz hasta saber que Namin se encontraba mejor, al menos más estable que él en su mundo. Claro, sin que ella lo supiera, y tal vez sin que el mismo Jaejoong se enterara, era solo como un compromiso profundo que merecía ser saldado.



—La noticia está por todos lados.

Yoochun arrojó el periódico sobre el mesón de la cocina de Jaejoong, el mayor solo sonrió un poco mientras terminaba de colocar la comida recién comprada en un par de cacerolas que tenía por ahí. Los días venideros serían largos y estresantes, aún más porque se encontraban en el plazo final para grabar lo que quedaba de aquella serie que los había puesto en el tope de su carrera.

—Lo sé, las fans han enloquecido un poco por ello.
—¿Un poco? ¡Quieren hasta comprarte una estrella!

Jaejoong rió divertido, la voz de Jaejoong había sonado llena de exasperación mientras ahora él buscaba un par de platos donde servir correctamente la comida, pero Yoochun ahora parecía interesado en terminar de colocar la mesa y un silencio que pocas veces compartían logró llamar su atención.

—¿Por qué hay tres platos?
—Bueno —Jaejoong habló bajo, un poco nervioso quizá—, hace un par de días me reclamaste que pronto nos enlistaremos y aún no lo conocías…

Por el sonido del timbre y la forma automática en que el cuerpo de Yoochun se tensó supuso que sería una velada larga que esperaba su irremediable carisma no pudiera saldar. Dos de las personas más importantes en su vida estarían a punto de conocerse y no quería que aquello fuera arruinado por un pasado que hace mucho Yunho y él habían decidido dejar atrás.

—Iré a abrirle, promete que te comportarás. Esto es importante para mí. —Yoochun no se movió demasiado, ni siquiera asintió pero Jaejoong suspiró y lo señaló firmemente antes de darle la espalda y caminar hacía la puerta—. Incluso mi madre ya cenó con él y pareció enamorarse automáticamente de él. Así que en serio Yoochun, tómalo con calma.

—Ella no sabe lo que te hizo.

Las palabras de Yoochun lo hicieron detenerse y en cuanto el timbre sonó de nuevo, suspiró despacio y apretó sus puños, esta vez sin moverse demasiado.

—Fue un juego de dos, Yoochun. Ambos nos hicimos daño y somos responsables de ello, ahora queremos hacer las cosas bien y quiero que seas participe de eso. Si no puedes hacerlo…

—¿Lo escogerías a él?
—Yoochun por favor… —Esta vez giró hacía él, con esa mirada de desesperación que pocas veces tenía—. No me hagas esto.

—Lo escogerías.

Esta vez fue una afirmación que sonó conjuntamente a indignación y un par de golpes suaves en la puerta lograron estresarlo velozmente, mucho antes de lo esperado.

—¿Jaejoong? —Era la voz de Yunho, justo tras la puerta mientras Yoochun acusaba con la mirada. —Jae…

—No te das cuenta de lo que te ha hecho, de lo que se han hecho mutuamente y aun así  lo escogerías a él por encima de todo.
—Tú no entiendes…

—El que no entiende eres tú, arriesgar tanto por algo que no es seguro, ese Yunho ni siquiera ha de estar arriesgando algo por esta disque relación que apenas está en sus raíces y tú en cambio…

—Ha dejado a Namin, le ha dicho de lo nuestro a su mejor amigo y a su compañero de trabajo, que son los más cercanos a él.
—¿Y alguno de ellos te ha aceptado, has hablado con ellos siquiera?

—Pues si tú no puedes aceptarlo a él, ¿qué puedo esperar de ellos?

Ya no había ningún gesto de petición en los ojos de Jaejoong, ahora parecía igual de frío como cuando se topaba con gente indeseable o desconocida, Yoochun se sintió terriblemente lastimado por eso y cuando el celular de Jaejoong sonó, Park solamente recogió sus cosas velozmente.

—¿Si? —Jaejoong apenas vio a Yoochun pasar a su lado, con el entrecejo arrugado y directo hacía la puerta—. Estoy dentro, ya te abro.

No necesitó correr, porque sabía que sería imposible detenerlo, Yoochun pasó junto a Yunho sin mirarlo, en el más absoluto de los silencios, la mirada de Jung lo persiguió hasta las puertas del ascensor extrañado por el comportamiento del otro y Jaejoong desde el interior del departamento solo abrió sus brazos para él, porque necesitaba sentirse reconfortados por esos brazos, por el calor de su cuerpo y el vacío que Yoochun había dejado a su paso.


—Entonces dijo que se iría…

Jaejoong recordaba poco de Goongsu, no es como si su mente lo recordara por algo en especial excepto por aquella ocasión en la que le había pedido, muchos años atrás, que se alejara de Yunho por el bien de todos, eso tal vez ni el mismo Yunho lo sabía, pero Jaejoong prefería pensar que aquello fue un acto por salva guardar a su mejor amigo. Lo mismo que el mismo Yoochun incluso haría.

A pesar de todo podía notar el pesar en las palabras de Yunho, la falta que le haría su mejor amigo, y el apoyo del mismo, que no parecía de acuerdo con el hecho de que estuvieran juntos pero aun así no parecía muy dispuesto a evitarlo, dejarlo de lado o contradecirlo. Pero del mismo modo a veces la indiferencia golpeaba más fuerte que el rechazo.

—Pero al menos se mantendrán en contacto, eso es lo bueno.

Acarició suavemente la mano de Yunho sobre la mesa, con una sonrisa leve y calmada que pareció calmarlo mientras le regalaba otra de sus sonrisas. Jaejoong no comprendía mucho de esa amistad de Goongsu y él, pero quería creer que era tan fuerte como la suya y la de Yoochun, aunque por el momento Park fuera un caso aislado.

—Por cierto, he ido a llenar la inscripción esta mañana.

Las palabras de Yunho lograron un poco de calma en el ajetreado día de Jaejoong que parecía nunca acabar, no es como si hubiera dudado de sus palabras, pero tener la certeza lograba hacerlo sentir mejor en medio de ese mundo que parecía ponerse totalmente en contra de que ellos estuvieran juntos.

—¿Te han dado fecha?
—Me han dicho que debo esperar un par de día, probablemente hasta la otra semana.
—Ya veo…

Jaejoong no pensó demasiado en aquello y su rostro bajó hacia los platos vacíos sobre la mesa. Yunho pudo notar ese ánimo decaído y el montón de cosas que pasaban por aquella cabeza, especialmente ante la salida abrupta de su mejor amigo.

—¿Sabes algo? Hoy Junsu me ha invitado a ver un partido de futbol a la suite que tiene comprada en el estadio, ¿te gustaría venir con nosotros?
—¿Me estás hablando en serio?

Yunho irremediablemente sonrió.

—Por supuesto que sí, el partido es a las cuatro, así que aún tenemos tiempo de confirmarle que iremos e incluso dejar lavados los platos.
—No lo sé… Ya viste lo que pasó con Yoochun y…

El chirrido de la silla siendo arrastrada sobre el suelo sobresaltó a Jaejoong que todavía no se terminaba de acostumbrar a las muestras de afecto por parte de Jung quien lo abrazó desde atrás y apoyó la quijada sobre su hombro mientras le hablaba al oído.

—Él va a conocerte y estoy seguro que simpatizarán bastante. Déjame hacerte olvidar lo de esta tarde, en parte siento que ha sido mi culpa y…
—No es tú culpa.

—Aun así, déjame presentarte a un gran amigo, pasar una tarde agradable y hacerte sonreír un rato, ¿vale?

Jaejoong se rindió, relajó su cuerpo y apretó las manos de Jung con fuerza, asintiendo en medio de su abrazo y esperando que al menos esta vez las cosas fueran diferentes.



—Soy Kim Junsu, un gusto verte de nuevo.

Lo primero que recibió de aquel hombre fue su estupenda sonrisa, esas que te hacen querer sonreír de la misma manera. Se acercó un poco y sonrió, lo mejor que pudo mientras estrechaba esa mano que le era ofrecida y flotaba en esa burbuja de buenos presentimientos al por fin sentir que su relación con Yunho era bien recibida por alguien además de ellos mismos.

—Kim Jaejoong, igualmente.

—Wow… Eres muy apuesto, de todas las cosas que Yunho me he dicho de ti nunca mencionó que eras tan apuesto —la mención de aquello lo tomó de sorpresa, miró a Yunho de reojo que fingía no haber escuchado nada y Junsu rió brevemente—, aunque bueno, supongo que siendo actor era de esperarse que fueras atractivo.

Jaejoong no supo cómo sobrellevar aquello, ¿qué cosas le había dicho Yunho a Junsu de él? ¿Sabría su historia completa? ¿Conocía Junsu a Namin? ¿Creía que él era la decisión adecuada? Su cabeza dio muchas vueltas, las suficientes para que Junsu de pronto se acercara y agitara la mano frente a su rostro un poco preocupado por su palidez.

—Jaejoong, ¿te sientes bien?

Pronto tuvo el rostro de Yunho también cerca, así que agitó un poco la cabeza y sonrió, lo más francamente que pudo.

—Sí, lo siento. Me distraje pensando en tonterías.
—La vez pasada nos conocimos por asuntos laborales, esta vez es diferente así que de verdad me agradó cuando Yunho me llamó para decirme que quería que nos encontráramos aquí los tres.

El partido aun no comenzaba cuando Jaejoong se sentó entre Yunho y Junsu. Kim particularmente hablaba bastante y le conversaba sobre cosas que Jaejoong no entendía demasiado, porque hasta ahora nunca estuvo excelsamente interesado en el futbol, pero de pronto se encontró interesado en saber más sobre aquello.

Quería simpatizarle a Junsu, quería formar algún lazo con una persona importante para Yunho, saberse aceptado en medio de tanto rechazo por parte de ambos lados alrededor de su relación, Yunho también comentaba y hablaban sobre los jugadores que participarían esa tarde y el equipo contrario, Jaejoong aprendía mientras escuchaba, asentía y de vez cuando comentaba haber conocido a alguno durante alguna premier o acto benéfico. Junsu saltaba emocionado cuando comentaba aquello, incluso había prometido presentarle a un par de ellos.

Cuando el juego empezó la conversación se había vuelto más dispersa. Jaejoong observaba a ratos a Yunho, bastante interesado con algo que sucedía en la cancha mientras discutía con Junsu sin despegar sus ojos del partido sobre alguna mala estrategia por parte del técnico. A ratos sonreía por las circunstancia, usualmente los deportes a los que Yoochun lo invitaba, como el golf o la pesca, le resultaban terriblemente aburridos y tediosos por lo cual les huía de manera irremediable, sin embargo se encontró disfrutando del futbol, aunque entendiera poco y se arriesgara mucho, especialmente por la absurda apuesta que Junsu y Yunho habían hecho sobre el resultado al final del partido.



Yunho terminó pagando la cena de esa noche, que consistió de unas hamburguesas bastante grandes en un local que Jaejoong no había visitado hasta ahora, pero que parecían ser las preferidas de Junsu, supuso que la fe de Kim por el equipo fue la que lo hizo ganar a pesar del gol que iba en contra incluso hasta los últimos minutos y la dichosa estrategia que tanto criticaron durante los noventa minutos de juego

Finalmente y luego de una hora y media en la que se la pasaron platicando y comiendo, los tres salieron directo al estacionamiento mientras Junsu sonreía gustoso y Yunho rodaba los ojos, en esta ocasión la hamburguesa le parecía delicioso de lo normal al menor de los tres, quizá la victoria sobre su apuesta le daba ese extra al sabor de la deliciosa hamburguesa que habían degustado.

—Ah, por cierto. El próximo fin de semana será el cumpleaños de un amigo y lo celebrará por todo lo alto en el bar de peor mala muerte que se hayan imaginado.

Junsu rió divertido y Jaejoong no pudo evitar acompañarlo mientras Yunho negaba suavemente, quitando la alarma del carro con su paso lento hasta el auto.

—¿Ya es el cumpleaños de Changmin?

Junsu asintió de inmediato y Jaejoong los miró confuso.

—¿Quién es Changmin?
—Es el mejor amigo de la infancia de Junsu, es un poco taciturno, por eso Junsu siempre lo anda sacando a convivir con otras personas y disfrutar de la vida.

—Especialmente en su cumpleaños —agregó Junsu con una sonrisa gustosa y su dedo índice en alto—. Bien yo me despido, es tarde y mañana no tengo que madrugar, por eso quiero llegar a dormir mucho.

—Cuídate.
—Igual, nos vemos. Luego les aviso la hora y el lugar para lo de Changmin, al menos este años seremos cuatro y no tres tristes aburridos.

Junsu se alejó caminando hasta su auto con una expresión serena y una pequeña sonrisa entre los labios, Jaejoong lo vio alejarse y respiró hondo mientras giraba hacía Jung que parecía mirarlo con verdadera felicidad de pronto.

—¿Alegró tu día? Junsu es muy bueno para ese tipo de cosas cuando no está trabajando. Ya sabes, debe mostrar seriedad en su trabajo.

Jaejoong tan solo lo abrazó y respiró hondo, aspiró su aroma y la grácil situación que los rodeaba ahora.

—Muchas gracias por todo Yunho.
—No lo agradezcas.

Estuvieron un buen rato abrazados en medio de la oscuridad y en aquel estacionamiento discreto sin que nada los perturbara hasta el momento que Jung decidió ir a casa. Yunho se quedó a dormir esa noche, empezaba a acostumbrarse a aquello, a la presencia de Yunho, a su vida dando un giro de 180 grados. Podía acostumbrarse a ver partidos con Junsu los fines de semana e incluso cree que podrían simpatizar bastante Yoochun y Junsu por esas manías tan propias de ser ligeramente extrovertidos por naturaleza.

Y aunque aún no conoce a Changmin puede hacerse a la idea de unir fuerzas con Junsu para sacarlo más seguido a conocer el mundo y no solo en su cumpleaños. Miró el cuerpo de Yunho a su lado y suspiró despacio, poco a poco su mundo iba tomando forma e incluso tener que ir a la militarizada fue algo que lamento con la vida porque perdería demasiado tiempo agradable.

Cerca de las once de la noche Jaejoong recibió un mensaje, ya algo adormecido tomó el celular y revisó en la pantalla el nombre de Yoochun, se apresuró en abrir el mensaje y leer las pocas palabras que habían terminado por mejorar su día: ‘Lo lamento, no seré tan idiota la próxima vez’


Tus maneras de mentir hace mucho que no son el problema.

Si no fuera tan sensible, quizá no me odiaría tanto por creerte una y otra vez

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