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The Secret Code. Detective Agency: "Bad Wolf" - Cap. 6

Minho parecía tan brillante como Changmin recordaba. Una sombra de más de un metro ochenta, tenía la construcción de un corredor y suave cabello oscuro. Tenía los dientes perfectos y una sonrisa aún más perfecta. Alto, atlético y sexy, y ahora sin un Changmin a sus pies.

—Encontré esta dirección en algunos papeles. Quería verte.

—No quiero hablar contigo— contestó irritado. Lo último que necesitaba era un “Corazón a corazón” con el hombre que lo había engañado.

Minho dio un paso más en la habitación y de inmediato Jaejoong se movió entre Changmin y su ex. Era evidente la falta de entusiasmo por parte de Minho de que Jaejoong estuviera protegiendo a su objeto de interés, pero el vampiro no se iba a ir de ahí aunque no fuera capaz de leer a su amigo.

—¿Puedo ayudarte? —Jaejoong preguntó con una fría cordialidad.

—Estoy aquí por Changmin— Minho se inclinó en torno a Jaejoong.

—Vete, Minho.

—No creo que Changmin quiera verte—. Sonrío Jaejoong, él echó un vistazo sobre su hombro a buscando alguna respuesta en un gesto del otro ahora que no tenía acceso a su cabeza.

Changmin suspiró ruidosamente. No había absolutamente nada que ganar aquí con Jaejoong siendo una barrera entre él y Minho. Cruzó de brazos por encima de su pecho.

—Puedo lidiar con él, Jaejoong.

—Voy a decirle a Yoochun que él está aquí—. Curvó una ceja.

«¡Genial! Yoochun y su ex en la misma habitación».

 Eso no era exactamente lo que quería justo en este momento. Si fuera por él, había querido subir a la habitación de documentos y quemar algunas cuantas porquerías para liberara odio contenido.

—Dame un par minutos antes de que vayas a él para decírselo.

Jaejoong rempujó a Minho y salió de la habitación, no había lugar a dudas que iba directamente a Yoochun. Changmin no podía entender por qué el vampiro estaba ahí ya. Seguramente cuando vió a Minho en la puerta de su oficina, Radio-Changmin había hecho un llamado de emergencia a todos su auditorio, lo que debería haber sido suficiente para que su amante celoso viniera desde donde estuviera.

—¿Qué es lo que quieres, Minho? —Tal vez si se enteraba de por qué había aparecido, podría conseguir que se alejara mucho más rápido.

—Decir que lo siento...

—Está bien, has hecho eso. Ahora puedes irte. Tengo trabajo que hacer.

Minho no respondió inmediatamente. Él miró a su alrededor y su mirada se posó sobre Xia. El gato lo miró fijamente antes de cambiar su mirada a Changmin.

—Bonito gato—. Ofreció sin convicción. Extendió una mano para acariciar a la mascota, pero el gato arqueó su espalda y bufó—¿No es un gato amistoso, entonces?

Changmin cogió a Xia en sus brazos

—Es un gato muy amable—. Como para demostrar su punto, Xia ronroneó y frotó la nariz contra el rostro de Changmin antes de subir y colocarse alrededor de su cuello.

—De todas formas— comenzó con un tono suave—. Las cosas terminaron muy torpemente y yo quería aclarar las cosas.

—¿Torpemente? —Respondió— Estoy confundido. Encontrar tus bolas enterradas en mi mejor amigo cuando pensabas que yo estaba en el trabajo no es más que extraño.

—Changmin.

—Lo que era extraño—. Interrumpió Changmin—. Fue encontrarte con el maldito de Kwanghee.

—Changmin.

—Creo que tienes que irte— dijo con firmeza. Ya había tenido suficiente de la mierda de Minho para durar toda la vida. Cada día que Minho había encontrado una manera de menospreciarlo, para marchitar su confianza y su entusiasmo, Changmin no se había dado cuenta de lo que estaba ocurriendo hasta que todo había terminado. Ya no era ese hombre que necesitaba consuelo como un niño imbécil.

—Changmin. Kwanghee... dormir con él... no significó nada para mí.

—No, creo que tú encontrarás que no significaba nada para mí— corrigió.

—Sólo pasó un par de veces.

—¿Un par veces? Pensé que fue una vez, eso era lo que dijiste antes.

—Bueno, Kwanghee estaba dispuesto y tú nunca estabas en casa—. La voz de Minho había adquirido un tinte fastidioso desde el punto de vista de Changmin, toda esa mierda de Minho lo estaba irritando.

—Alguien tenía que ganar dinero para pagar las cuentas. No íbamos a comer con los ingresos de un locutor ¿No? —No pudo evitar la condescendencia en la voz, pero ¡¡Al infierno!! Había apoyado a Minho desde la universidad y a través de cuatro años intentando encontrarle la musa de conseguir su primer libro escrito.

—No estabas en casa. Kwanghee estaba allí.

—Sí, lo sé. Él estaba dispuesto, ya me lo has dicho—. Changmin había renunciado a su amistad con Kwanghee a pesar de haber sido amigo de aquel hombre desde que tenía tres años. Desde en el momento que había encontrado a Kwanghee en su cama com Minho, no quería saber de él.

—Sé que te echa de menos. Los dos lo hacemos.

La puerta que había cerrado Jaejoong se abrió, Yoochun hizo una gran entrada furiosa.

—¿Changmin? Jaejoong dijo que tenías la dirección y que no te podía oír…— Su voz se apagó. Rodeó a Minho y tomó la posición donde Jaejoong había estado. Changmin no necesitaba un protector. Necesitaba a su amante para afirmar que tenía una vida.

Paso a paso hacia adelante, Changmin deslizó un brazo alrededor del vampiro inmóvil. Con el hombro golpeó ligeramente el brazo de Yoochun para que lo pusiera alrededor de su espalda y Xia saltó de él, sobre la mesa al lado de la Gárgola.

«Hagamos de esta buena...» Pensó Changmin. Miró a Yoochun, que no se movió un músculo y claramente no había oído los pensamientos de Changmin en absoluto.

—El es Yoochun. Yoochun, este es Minho. Alguien que una vez fue...

—Su novio— y extendió su mano en señal de bienvenida.

Yoochun gruñó y sus colmillos brillaron peligrosamente. Minho rápidamente retiró su mano y retrocedió un paso.

—Exnovio —resumió Changmin —Yoochun es mi compañero ahora.

Minho miró a Yoochun de arriba abajo y frunció el ceño.

—Es un paranormal — observó—. Me dijiste que los paranormales eran más que monstruos reales, sin embargo ¿Aquí estás durmiendo con un vampiro?— seguía frunciendo el ceño y de pronto su expresión se despejó—¡Mierda, Changmin! ¿Estás trabajando en un área que juraste no volver a visitar de nuevo, con los animales y los monstruos y ahora estás haciendo qué? ¿Dormir con un murciélago hematófago? ¡Maldición! Te tiene controlado ¿No?

Yoochun se puso rígido y Changmin apretó su agarre en la camisa. Esto podría terminar de muchas maneras, pero todas terminaban en un baño de sangre.

—Nadie está utilizando su control para convencerme de que haga nada— contestó con fastidio.

—O un hechizo o algo así.

—Me encanta Yoochun. Él es mi amante y mi compañero.

Changmin cogió un pequeño movimiento de Yoochun mirando hacia él por el rabillo del ojo. Pronunciando su amor por el vampiro exasperante de esta manera no era lo que había esperado para revelar lo que sentía, pero en todo caso, decir las palabras lo hacía muy real.

—Voy a encontrar una manera de romperlo— dijo a toda prisa—. Entonces podrías volver.

—¿Volver? ¿Para qué? —Le preguntó sorprendido.

—¿Por qué no? Juntos somos un gran equipo — dio un paso hacia ellos y Changmin se sintió aliviado cuando Yoochun se quedó relajado y en control.

—¿Te has quedado sin dinero? ¿Por qué de repente me quieres de vuelta en tu vida? — sabía que tenía que haber una explicación que se estaba perdiendo en todo el encuentro.

—Kwanghee me dejó— contestó un poco desesperado.

Muy bien, así era la declaración de un asesino. Él no se había dado cuenta de que Minho había tomado a Kwanghee después de la gran revelación. Eso dolía. Changmin empujó al instante su temperamento que amenazaba con desbordarse y dejar a Yoochun eliminar físicamente a Minho de la oficina.

—¿Entonces perdiste tu recibo de sueldo? ¿Es por eso la visita?

—Creo que tienes que irte del edificio por ti mismo—. Murmuró Yoochun.

—¡Oh! Puede hablar.

Yoochun siseó con furia y Minho, repentinamente asustado, retrocedió. Cuando había pasado el umbral de la habitación pareció recuperar algo de su bravuconería.

—Sólo espera, voy a encontrar una manera de romper el encanto. Voy a rescatar a Changmin y estaremos juntos otra vez—. Él se dio la vuelta y salió de la casa.

Yoochun no hizo ademán de seguirlo. En cambio, envolvió a Changmin en sus brazos y lo atrajo hacia sí.

—No te puedo oír. Vine aquí y tu amante estaba aquí.

—Ex—amante— contestó con firmeza.

—Y yo no podía leerte. Eso sólo ocurre cuando las relaciones terminan. El trauma hace que la conexión se detenga. Quería matarlo.

—Me alegro de que no lo hicieras.

—Iba a hacerlo—. Apretó a Changmin aún más—. Entonces dijiste…

Changmin adivinó a dónde iba.

—¿Qué yo te amaba?

—Lo sabía, lo podía escuchar en el tono de tu voz.

—No estaba mintiendo.

—Lo sé.

—Te quiero.

—Lo sé.

—¿Eso es todo? “Lo sé” ¿Es eso todo? —Preguntó Changmin incrédulo.

—¿Crees que va a tratar de encontrar una manera de romper lo que tenemos? —Yoochun parecía preocupado, no era propio de él. Sus palabras tenían un tono de miedo.

—Nunca has sido capaz de utilizar tu encanto en mí. Él no nos puede hacer daño al romper una cosa que no existe — se apresuró a tranquilizarle. Changmin hizo una pausa—. Has cambiado de tema—. Dijo suavemente.

Yoochun se echó hacia atrás y hundió sus manos en el cabello de Changmin. Se besaron profundamente y Yoochun suspiró en el abrazo. Se echó hacia atrás y Changmin lo persiguió por más besos, pero Yoochun detuvo el movimiento.

—Yo también te amo, Shim Changmin. Entonces, ¿por qué no te puedo escuchar más?

Changmin negó con la cabeza, no tenía ni idea. No era como si hubiera querido que nadie pudiera entrar en la cabeza.

«Un momento ¡Diablos! Eso es exactamente lo que he hecho sin querer. En primer lugar, la luz mágica que apareció, a continuación, los mapas y ahora había bloqueado a los colmilludos de sus pensamientos ¿Qué demonios estaba pasando conmigo?».

—Puede que tenga que ver a alguien acerca de una pequeña infección de deseos.

Yoochun suspiró.

—Lo sabía. Tú querías que saliera de tus pensamientos—. Su voz destilaba dolor.

—Sólo porque a veces es como si no tuviera nada privacidad y no puedo ni planear lo que quiero hacer.

—Deberías haberlo dicho. Hay maneras en las que puedes bloquear tus pensamientos de mí si quieres tener un secreto. Al igual que en los cumpleaños—. Yoochun había añadido la última parte con un tono puramente optimista y Changmin no pudo evitar reírse.

«¿Cumpleaños?»

—¿Tú incluso celebras tu cumpleaños?

— Claro, pero no me molesto con las velas. Podría tapar toda la casa de abajo— se encogió de hombros.

Changmin casi preguntó a Yoochun su edad, pero decidió que había algunas cosas que no quería saber.

—Me gustaría que pudieras escuchar mis pensamientos de nuevo— habló a nadie en particular, prestando atención a las palabras que había utilizado. Él había visto unas películas donde los deseos nunca terminaban bien.

Yoochun ladeó la cabeza.

— Piensa algo—. Ordenó.

«Hombre mandón» Pensó Changmin.

Yoochun sonrió y entonces entrecerró los ojos.

—Lo he oído.

Tenemos unas direcciones ¿Dónde se fueron el lobo y el sujeto de los cuernos?— Changmin se trasladó a la mesa.

—Lo último que vi, desaparecieron por la puerta principal a “hablar”— Yoochun miró por la ventana de enfrente.

—Tenemos que encontrarlos. Si son serios acerca de cubrir algo de terreno en la búsqueda, tenemos que decidir quién va a donde.


~::~::~::~::~


Habían recorrido una distancia considerable antes de que Leeteuk decidiera hablar. Kangin tenía mucho que decir a sí mismo, pero su instinto era esperar y dejar que Leeteuk limpiara el aire de lo que quería decir en primer lugar. Habían llegado al final del camino y Leeteuk se detuvo para sentarse en el muro bajo corriendo a todo lo largo de un gran espacio verde.


El teléfono de Kangin sonó. Miró la pantalla y luego lo empujó de nuevo en el bolsillo. No quería hablar con Jonghyun. Su cuñado que no pudo evitar. Infierno, él probablemente estaba de lado de Yoonji.


—Allá... fue…—Leeteuk dijo en voz baja.


— ¿Un error? —Kangin ofreció abatido.


Leeteuk lo miró con el ceño fruncido estropeando su rostro: —Inesperado—. Dijo con firmeza.


—¡Oh! —Inesperado no era la palabra que Kangin habría utilizado. Pero entonces, no quería utilizar la palabra equivocada tampoco. No creía lo que había entre ellos era incorrecto. Él nunca lo pensó. La presión de la manada les había escindido y sólo había sido por tradición.


—Tú estás en mi cabeza todo el tiempo—. Dijo Leeteuk simplemente—. No me gusta.


—Lo has dicho—. Kangin estuvo de acuerdo—. No es mi intención. «Respuesta del siglo»


—Hacer lo que hago es muy duro. Es por eso que tenía que..—. Él hizo un gesto con la mano entre ellos.
Kangin adivinó que Leeteuk estaba indicando la totalidad de lo satisfactorio que había pasado antes.


—Sí—. Kangin se sentó junto a Leeteuk.


—Eso no significa que sienta algo por ti nunca más—. Leeteuk dio media vuelta para mirarlo—. Era necesario, pero nunca volverá a suceder.


Kangin suspiró para sus adentros. Había esperado que Leeteuk dijera eso. Demonios, tenía que mantenerse alejado de Leeteuk antes de que le hiciera daño otra vez.


Las cosas en su manada eran demasiado inestables para probar cómo se tomarían su relación con un demonio. Él lo sabía. Sin embargo, el conocimiento de lo que debía hacer no había cambiado lo que quería hacer. Dio media vuelta para que estuvieran cara a cara. Agarrando una de las manos calientes de Leeteuk, él respiró hondo y empezó.


—Siempre me imaginé las cosas que me gustaría decirte si alguna vez te tuviera a mi lado otra vez. Las disculpas que yo diría, las cosas que te dije que iba a recuperar. Lo que pasó con nosotros fue mal. Yo te amaba tanto. Pero... la manada del alfa tiene responsabilidades que van mucho más allá de lo que teníamos.


Tuvo a Yoonmi... pero la pérdida de Leeteuk casi lo había matado.


—¿Esto va a ser una lección de historia de lobos? —Preguntó enojado. Intentó tirar de su mano, pero Kangin la agarró más fuerte. Los ojos de Leeteuk brillaban rojos por un momento y Kangin comenzó a hablar de nuevo antes de que Leeteuk fuera un demonio total.


—No. Tienes que escuchar—. Kangin insistió. Él iba a dar su opinión. Entonces Leeteuk podía deshacerse para siempre, pero primero le diría a Leeteuk lo que estaba en su mente.


—No tengo que hacer nada.


—Me equivoqué ¿De acuerdo? —Kangin estaba gritando y no podía detenerse—. Lo admito. Puse mi manada antes que mi corazón y nunca voy a ser el mismo. Lo único que queda en mi vida ahora que le da sentido es Yoonmi y estoy perdiéndola también.


Los ojos de Leeteuk se iluminaron y él inclinó la cabeza en cuestión.


—Lo peor de todo—. Comenzó Leeteuk—. Es que lo entiendo. El instinto y la supervivencia de tu manada fueron mayores de lo que teníamos—. Kangin negó con la cabeza, pero Leeteuk levantó la mano libre para no dejar a Kangin de decir nada—. Escúchame, Kangin. Realmente no te culpo por las elecciones realizadas que te fueron forzadas. No lo hago. Pero yo quería que el amante que dijo que moriría por mí fuera más egoísta.


—Lo siento—. Kangin ofreció débilmente.


—No lo sientas. Cuéntame lo que pasó. Conozco los rumores, pero los lobos pueden ser muy hermosos.


—No producía un heredero legítimo. Yoonmi es una niña, está claro. Están empujándome para volver a casarme con otra loba y tratar de tener un niño. Yo no quiero—. Kangin hizo una pausa por un tiempo. Recordó los argumentos que fueron tan intensos y fuertes en la manada—. Sabes que yo estaba trabajando hacia la igualdad de la manada y amar a mi chica fue visto como algo malo. Nunca estuvimos juntos, no en el sentido real de la palabra, Yoonji y yo. Sólo estuve con ella un par de veces, lo suficiente como para hacer lo correcto. Una vez que Yoonmi era lo suficientemente mayor para entender que a su madre no le importaba ella, me divorcié. No quería que ella se acercara a mi hija, pero la manada da los mismos derechos a las madres. Sigo pensando que tiene algo que ver con la desaparición de Yoonmi, pero nadie me escucha. Tienes que creerme, Leeteuk, quería volver a casa.


—¿A casa? ¿No estabas en las tierras de la manada de todos modos? — Leeteuk frunció el ceño.


—Volver contigo, tu hogar. Yo estaba desesperado por ti, pero Yesung me dijo que te habías ido. Me di cuenta de que no me querías, y no te culpo.
No hubo oportunidad para nosotros.


—Estaba de viaje en China.


—Me dijo que te fuiste a un viaje largo. Lo tomé como una señal de que no éramos ya nada.


—Me rompiste el corazón—. Leeteuk cerró los ojos y luego se inclinó hacia delante.


Kangin reflejó el movimiento hasta que descansaron sus frentes juntos: —¿Puedo volver a hacer lo correcto? —Susurró Kangin.


—¿Quieres? —Preguntó Leeteuk. Sonaba muy jodidamente triste.


—Más de lo que crees. Después de encontrar a Yoonmi, ¿tal vez podríamos darle una oportunidad? Conocernos, hablar, podrías conocer a Yoonmi ¿Podríamos ser amigos por lo menos? —Kangin mantuvo la esperanza en su corazón de que Leeteuk diría que sí.


—Puedo hacer eso—. Leeteuk estuvo de acuerdo.


Se sentaron en silencio durante un rato más, todavía tan cerca como podían estar y las manos agarradas. Kangin tenía la sensación de que la tierra se movía y se preguntó si Leeteuk sentía lo mismo.


—¿Qué crees que está haciendo ahora?


—¿Yoonmi? —Quería volver con su hija. Quería saber quien la había tomado y por qué— ¿Crees que ella todavía está viva? —e preguntó. No esperaba una respuesta, pero Leeteuk le dio una de todos modos.


—Sí.


Sólo una palabra. Pero la sílaba había mantenido tanta convicción que Kangin sintió una ligereza que no había tenido antes. Leeteuk siempre tenía ese efecto en él.
—¡Kangin! ¡Leeteuk! ¡Tenemos nuestra primera ubicación! —Gritó Yoochun.


Kangin miró al vampiro acercándose y sabía que era él. Encontrarían a Yoonmi de una manera u otra. Changmin estaba siguiéndolo a un ritmo más tranquilo pero igual de intenso en su concentración.


—Tengo cuatro lugares a lo largo de los muelles que podrían ser posibles lugares—. Anunció.


—Debemos separarnos—. Dijo Leeteuk con firmeza.


Changmin le entregó una hoja de papel con los detalles sobre los dos almacenes a medias de renovación.


—Manténganse en contacto—. Dijo con severidad. Kangin asintió. Quería saber el momento en que Yoonmi fuera encontrada con vida.

No se atrevía a contemplar a su hija encontrada muerta.

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