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Arualthings

Se Solicita Novio - Cap. 29

Yo creo.



“Por que yo creo..

…Creo en el amor.”




Heechul se encontraba sentado junto a Siwon.



Miraba constantemente hacía atrás, con el rostro un poco preocupado. No podía evitarlo, cada cierto tiempo deslizaba su mirada entre el reloj y la entrada del gran lugar. Y no fue hasta que Siwon tomó su mano que sus facciones se relajaron.



—Tranquilo, Chul…

—Es tarde. Yunho ya debería haber llegado.







Siwon solo rodó los ojos, con una pequeña sonrisa en el rostro. Y con su otra mano acarició la nuca de Kim, dejando un corto beso en su frente.



—Debe estar atrasado por algo importante. Relájate.

—Él jamás llega impuntual.

—Pero siempre hay excepciones.



Heechul suspiró, consciente de que en ese momento tenía que darle la razón a Choi. Intentó plasmar una sonrisa en sus labios. Y se acomodó mejor en su lugar. Consciente de que pronto iniciaría la ceremonia.



—Lo siento, lo siento. Llegamos tarde.



La suave voz de Boa, y ambos levantaron la mirada. La mujer vestía un hermoso traje azul que se entallaba a su cuerpo. Pero eso no fue lo que más llamó su atención. En realidad fue la forma en que la mano de Boa permanecía fuertemente agarrada a la de Rain.



El hombre, elegante como él solo acompañaba a Boa. Heechul asintió, con una sonrisa en los labios, cediéndoles el paso para que se sentaran a su lado. Descubrió los ojos de Siwon sobre si apenas giró un poco.



Y lo sabía, ambos estaban pensando en lo mismo.



Chocaron sus manos discretamente, con una sonrisa un poco más amplia en los labios y mirando de reojo a la pareja en el lado derecho, que conversaban entre susurros lo complicado que había sido llegar.



—Les doy una semana para que comiencen a salir.



Heechul sonrió ante el pequeño susurro por parte de Siwon, lo miró un poco y colocó su mano sobre el puño de él.



—Yo les doy exactamente hasta esta noche. Por el romanticismo de la boda y todo eso.

—Muy buen punto.



Pronto el silencio comenzó a llenar el salón. Heechul respiró profundo y esperó por que Yunho apareciera aunque sea antes de que Hyun Joong se marchara.





“Tú sueles decir que el amor no es la gran cosa

Pero solo tú sabes, el dolor que el amor te ha traído.”









Yoochun llevó un mechón de sus cabellos tras la oreja.



Deslizó sus dedos sobre las teclas del piano con la experiencia que los años le brindaban, cerró los ojos por un momento, consciente de que todos los niños a su alrededor lo observaban con atención, repletos de admiración.



—La… La… La ~



El hermoso tono que se había esparcido, apenas con las notas sublimes que desprendía el piano a través de sus dedos y las infantiles voces acompasadas a su ritmo. Había un ambiente tan embelesante que Yoochun se sintió orgulloso de pertenecer a ello.



Los niños a su alrededor se movían un poco apenas. Balanceándose con el ritmo de la música. Algunos pasando sus brazos por encima de los hombros de sus amigos o amigas. Las sonrisas y la apreciación de la buena música fue el bálsamo perfecto para que Yoochun sonriera complacido.



Dos últimas notas y Yoochun relajó un poco más sus brazos.



—¡Wow! Eso estuvo increíble, Hyung.

—¡Quiero ser cantante!

—¡Yoochun Oppa quiero aprender a tocar el piano!



Los niños se acercaron todavía un poco más a él. Y Yoochun se permitió reír divertido por la aproximación. Sacudiendo el cabello de alguno de los niños. Pronto recordó que no veía a Changmin desde hace un par de horas. Así que suavemente se acercó, hablando en susurros.



—Ne~ Niños… ¿Por qué no vamos a molestar al profesor Shim?

—¡¡NO!! ¡Si nos descubre nos lanza un marcador por la cabeza!



Los niños rieron ante las palabras del muchacho pelirrojo, y Yoochun los acompañó en las risas también. Por que finalmente eso, era cierto.



—Prometo que él no les va a hacer nada. ¿Qué dicen?

—¡¡Vamos!!



Los niños salieron entusiasmados del pequeño salón de música. Yoochun los persiguió de cerca, y una vez estuvieron a unos pasos del salón por donde provenía la voz de Changmin todos redujeron el paso.



Yoochun se agachó un poco, llevando el dedo índice a su boca, pidiéndole a los niños que guardaran silencio. Finalmente, todos se acercaron en cunclillas, muy silenciosamente abrieron la puerta y divisaron a Changmin explicando un ejercicio de matemáticas.



La sonrisa en los labios de Park exploró el interior de su propia alma. Por que Changmin le explicaba a una niña como hacer un ejercicio frente a la pizarra. Aparentemente muy concentrado en ello.



Los niños miraban fijamente a la pizarra. Un par conversaba, pero la clase en general parecía muy atento a cada palabra que saliera de la boca de Shim, haciendo anotaciones y sorprendiendo a Yoochun por la influencia que Changmin ejercía en los demás.



—Changmin Oppa es asombroso… Dicen que te explica las materias de una forma que se te hace fácil entender todo.

—Pronto estaremos en un grado superior y él nos dará clases.



Los niños hablaron levemente bajo, pero solo por precaución. Yoochun giró hacia ellos, llevando una vez más el dedo índice a su boda. Y pidiéndoles que guardaran silencio, pero antes de que el leve ‘Shh…’ saliera de su boca.



Un objeto se estrelló en su cabeza y los niños estallaron en gritos.



—¡¡Nos vio!!

—¡¡Empiecen con la huída!!



Todos se movieron demasiado rápido, dejando al propio Yoochun con una mano en la cabeza y el marcador a unos cuantos metros de donde él se encontraba. Colocó un gesto de dolor y se levantó con cuidado, sobando la parte afectada mientras Changmin lo veía con una ceja enarcada y cruzado de brazos.



—¿Qué crees que estas haciendo?

—Vinimos… Bueno, vine a visitarte.



Fue un bufido lo único que salió de los labios de Changmin antes de arrimarse contra el escritorio y mirar a los niños dentro de su salón.



—Puede salir antes al receso. Con cuidado y no coman cualquier porquería. Recuerden, que Jae no pudo venir hoy a cocinar.

—¡¡Si!!



Fueron apenas unos cuantos segundos. Todos guardaron sus cosas en el pequeño compartimiento sobre su asiento y salieron corriendo, seguramente a encontrarse con los muchachos que anteriormente habían emprendido la huída.



Una vez estuvieron solos. Yoochun vaciló un poco en la expresión que debería mostrar. Se acercó un paso, luego dos y finalmente sonrió de lado cuando estuvo frente a Changmin y él se rindió con una sonrisa en los labios.



—La verdad que a veces me sorprendes, Yoochun. No sé si eres el profesor de los niños u otro mocoso malcriado más.



Changmin acarició un poco el lugar donde había estrellado el marcador. Verificando que no fuera nada grave. Yoochun bajó las manos dejando que las caricias de Changmin se apropiaran de sus sentidos.



—Quería verte.

—Eres un ridículo.



Y Yoochun reconocía que esa era la manera que tenía Changmin de expresar lo mucho que lo quería, por muy extraño que eso sonara. Por que finalmente había suspirado aliviado de que hubiera sido tan solo un simple golpe.



Se acercó y acortó la poca distancia que había entre ellos. Moviendo ligeramente su cabeza para poder acercarse a sus labios y besarlo con tranquilidad. Changmin le permitió el contacto con un pequeño suspiro al finalizar el beso.



—He tomado una decisión.

—¿Con respecto a que?



Changmin suspiro. Sentándose en la sillas tras el escritorio.



—Quiero comenzar desde cero, por supuesto que continuaré enseñando aquí. Pero al mismo tiempo ejerceré mi carrera pero no a través del dinero de mis padres. Voy a dejar todas esas comodidades para ganarme el futuro por mi mismo.



—¿Estas seguro de eso? El respaldo de tus padres y tu apellido pesan mucho y podrían haberte muchas puertas.

—No soy importante para ellos. Quiero lograrlo todo por mis propios méritos. Yo se que puedo.



Yoochun se colocó en cunclillas una vez más. En esta ocasión frente a Changmin, tomando las manos del menor entre las suyas.



—Yo sé que puedes, Min. Y tomes la decisión que tomes. Cuentas conmigo. ¿Lo sabes, verdad?

—Claro que si.



Changmin acarició su rostro. Dejando una de sus manos sobre la de Yoochun, momento que el mayor aprovechó para cerrar los ojos por un momento. Changmin sonrió ante aquella expresión y suspiró.



—Gracias Yoochun.

—¿Por qué?



Changmin respiró profundo y mordió su labio inferior.



—Por demostrarme que hay más personas a mí alrededor, por demostrarme que puede haber mucha gente que me quiera. Y por que esa gente ha decidido quedarse a mi lado. Por que no me abandonaran.



Yoochun sonrió. Elevándose un poco más y abrazando a Changmin, haciendo que Shim se agachara un poco.



—Gracias por enseñarme a querer a alguien más de todo, de todos, incluso de mi mismo.



Shim se aferró a ese abrazo por unos segundos más. Cerrando los ojos y perdiéndose en ese momento de verdadera paz que lo rodeó. Por que esos momentos no existían a cada rato. Pero ellos los valoraban como si jamás sucedieran.



—¿Qué dices si vamos por un poco de comida?

—¿Cómo sabías que tengo hambre?



—Tú siempre, tienes hambre Changmin.



Yoochun recibió un pequeño golpe en el brazo y él río divertido ante la expresión indignada en el menor. A gusto con que su relación fuera de ese modo, tan natural para ambos.





“Lo sé, estás asustado. Lo entiendo.

Pero escucha mis palabras y aférrate a mi mano.”







Jaejoong rascó su nuca un poco.



Miró de reojo a Yunho, sentado a su lado sobre la cama. Elegantemente vestido, mirando sus zapatos en ese momento. Un poco cansado de esperar a que le abrieran la puerta de su habitación.



—Por cierto… ¿Por qué estás vestido tan formalmente?



Yunho levantó la mirada con una pequeña sonrisa en los labios.



—Hoy es la boda de Hyun Joong, nos invitó a Heechul, Siwon, Boa y a mí.

—Oh… Ya veo.



Jaejoong desvió la mirada por un momento. Yunho entendió el pequeño desliz de interés en el mayor e intentó inmediatamente corregir su error.



—Bueno… No te invité por que supuse que sería un poco incomodo para ti. Pero, creo que de todas formas debí preguntártelo.



Rió apenado, rascando un poco su barbilla, pero cuando Jaejoong regresó a mirarlo con una sonrisa en los labios también, supuso que todo estaba bien en ese instante.



—No hay problema, Yunho. Es decir… No tenías por que avisarme. Supongo…



Luego vino otra vez ese desagradable silencio. Por que ambos sabían que había un tema pendiente que no terminaba de concretarse. Y por primera vez Yunho decidió ser él quien diera el primer paso.



—Jaejoong, Hyun Joong ya no me importa, por lo menos no de esa manera.

—Eso lo sé.



Esa respuesta lo había tomado por sorpresa. Por que Jaejoong lo había dicho de una manera tan casual que incluso había desalojado cualquier lugar a duda de que en verdad sus sentimientos se seguían postergando por mera estupidez.



—Lo que trato de decirte es que, en el primer momento en que te vi. Entre ambos no hubo esa conexión que suele haber entre las parejas. En realidad tú me odiaste y pues en mi caso me fastidiabas un poco…



Hizo una pequeña mueca, girando un poco la cabeza y Jaejoong sonrió, asintiendo levemente. Dejando que en esta ocasión fuera Yunho el que hablara.



—Pero hubo en cambio entre ambos. Una convivencia a pesar de que cada uno fuera por su lado. Cambiaste tu forma vacía y frívola de ver la vida. Y yo me di una segunda oportunidad para comenzar. Inconscientemente cambiamos juntos, al mismo tiempo.



—¿Lo cual nos crea un gran lazo?



Yunho negó. –Lo cual me demuestra lo mucho que puedo llegar a estar enamorado de ti.



Jaejoong borró la sonrisa en los labios, por que la sinceridad lo había tomado por sorpresa. Por que esa sinceridad tan abrumadora había sencillamente echo latir su corazón de manera alarmante.



—¿Tú…? Es decir… A pesar de lo mucho que amaste a Hyun Joong… ¿Yunho tú estás seguro de lo que me estás diciendo? Por que no quiero que más adelante…



Y Jaejoong había empezado a mover sus brazos. Evitando los ojos de Yunho, pero Jung había tomado sus manos, apretándolas levemente. Haciendo que bajara cuidadosamente y se relajara un poco. Mirándolo a los ojos, apresándolo a ese sentimiento.



—Estoy completamente seguro de que te amo, Jaejoong.



Lo miró a los ojos, sostuvo sus manos. Y eso fue sencillamente tan… Real.



—Yo acepté hace mucho lo que siento por ti Yunho. ¿Por qué se me hace tan difícil decírtelo ahora?

Yunho sonrió. –Por que tienes miedo, pero está bien. Yo sabré esperar. Por todo el tiempo que tu supiste esperar por mi.



Jaejoong intentó respirar, para que sus emociones se calmaran al menos un poco. Pero eso tan solo pareció empeorar las cosas, por que sus ojos se nublaron de inmediato. Era idiota, absurdo y terriblemente cursi.



Pero no podía evitarlo. La emoción vertía dentro de todo su ser. Y el cúmulo de emociones en su interior farfullaban en lo mucho que había esperado escuchar por esas palabras. En lo mucho que su corazón había tenido que aguantar desde que fue consciente de sus sentimientos hacía Jung.



Luego de eso, y de que mordiera con fuerza su labio inferior. Sintió los brazos de Yunho a su alrededor. Abrazándolo con fuerza y apoyando la cabeza sobre su hombro. Y aunque él estaba aún un poco inmóvil, pudo cerrar los ojos y suspirar.



—Te amo tanto Jaejoong…



Por dentro, Kim solo rogaba por que dejara de decírselo, por que cada vez que lo repetía. Jaejoong solo sentía un calor en su pecho, que creaba un nudo en la garganta y lo hacía sentir que desbordaba en felicidad. En paz, al fin en tranquilidad.



En esa maravillosa sensación indescriptible de saberse correspondido.



—Quieres al menos sonreír un poco para mí.



No fue con la intención de obedecerlo, pero las palabras y la indignación en el tono de voz de Yunho lo hicieron sonreír, tapando un poco su boca y encogiéndose un poco. Yunho tan solo le regaló otra sonrisa. Y en ese momento fueron felices.



—Si tanto me amas. ¿No deberías besarme? Que patética confesión. Muy decepcionante viniendo de Jung Yunho.

—Ven aquí…



Las manos de Yunho estuvieron en la parte trasera de su cabeza. Acercándolo a él con suavidad. Jaejoong cerró los ojos, juntó sus labios a los de Yunho. Encerrándose en ese mundo que Yunho le estaba regalando.



Con su boca descubrió cada sentimiento inexplorado en su interior. Percibió la calidez de Yunho que buscaba plasmarse en su piel. Aferrarse a él como si fuera verdaderamente necesario. Y Jaejoong se agarró un poco más de él.



—…¿Ya se reconciliaron?

—Oh, si. Por lo visto ya lo hicieron.



Las puertas de la habitación de Yunho se abrieron de improvisto. Leah y Heyon estaban ahí, con una sonrisa en los labios y mirándolos con orgullos. Yunho suspiró, y Jaejoong negó levemente.



Que mal momento para interrumpir.



Yunho en ese momento pareció recordar algo, miró la hora en su reloj y se levantó de inmediato de la cama. Tomó el celular en sus manos y empezó a correr hacía la puerta.



—¡Dios! Ya es demasiado tarde…



Los tres personajes dentro de la habitación miraron extrañados la salida intempestiva del muchacho. Las dos mujeres enfocaron a un tranquilo Jaejoong que solo levantó los hombros indicando que no sabía lo que ocurría por esa loca cabeza.



Prontamente, Yunho regresó. —¡Jae! ¿Qué haces todavía aquí? Vamos, que tú vienes conmigo.



Lo agarró por la mano, haciéndolo trastabillar un poco antes de que pudiera seguirle el paso como es debido un poco a Jung. Jaejoong no comprendía muy bien lo que sucedía, pero decidió aferrarse a la mano de Yunho, y seguirlo a donde fuera.





“Lo he visto, lo sé. Estoy seguro.

Siento que ese amor dentro de ti todavía vive y es real.”







Hyun Joong miró de un lado a otro antes de subir al auto.



Shun tomó su mano y sonrió. —¿Joong, esperas a alguien más?



Hyun Joong sonrió también, apretando la mano de Oguru y con suspiro escapándosele de los labios. –Si, pero creo que ya es un poco tarde para que llegue. A lo mejor tuvo algún contratiempo.



No es como si le molestara, pero entre Yunho y él se había marcado una buena amistad. Que validaba lo antes vivido, y que le dejaba un buen sabor de boca, por lo bien que congeniaban y por las grandes personas en que se habían convertido.



Le dio un último abrazo a Boa y estrechó su mano con la de Rain, haciendo Shun lo mismo. Boa acarició el rostro e Hyun Joong con una dulce sonrisa en las facciones de su rostro.



—Sé que vas a ser muy feliz, Joong. Mucha suerte de ahora en adelante.

—Gracias, Boa.



Detrás de Boa apareció, Heechul con el paso un poco indeciso y muy cerca de Heechul.



—Supongo que las cosas siempre pueden mejorar. Te deseo lo mejor en tu vida.

—Gracias, HeeChul.



Abrazó a Kim, luego a Siwon y a todos sus amigos, compañeros de banda. Los vería dentro de una semana, por que iría con Shun muy lejos. Miró una última vez hacía la carretera, y suspiró. En serio, le hubiera gustado poder despedirse de Yunho.



—Bien, creo que es hora de marcharnos.



Shun sonrió, tomando su mano y empezando a entrar al auto. En el instante en que Hyun Joong se empezó a agachar para ingresar al auto también. Un desastroso ruido de un auto frenando a toda velocidad y demasiado bruscamente lo hizo erguirse de inmediato.



El auto se sacudió un poco, y los muchachos dentro del auto parecían discutir por algo, discusión que terminó por el conductor riendo y el copiloto bajándose algo tambaleante de ahí.



—¡Te dije que si yo conducía llegábamos a tiempo!

—Jamás en mi vida me vuelvo a subir a un auto contigo, Jaejoong. Valoro mucho mi vida. ¡Dios! ¡Que no estabas en una carrera de Formula uno!



Todos observaron risueños la manera en que ese par venía peleando. Yunho parecía aún muy sacudido por tremendo viaje mientras que a su lado. Un tranquilo Jaejoong con las manos en los bolsillos solo caminaba.



—Casi muero llegando hasta aquí, así que aprecia este esfuerzo.



Yunho se lanzó a sus brazos. Como agradecido de poder tocar algo real para verificar que estaba vivo. Hyun Joong solo río divertido.



—Bien, bien… Inhala y exhala Yunho. Gracias por venir. Y gracias Jaejoong, por venir también y conducir. Por que si por Yunho fuera hubieran llegado como en veinte minutos.



Jaejoong asintió, observando el rostro de Hyun Joong desde el cuerpo de Yunho, quien todavía abrazaba al muchacho que acababa de casarse. Shun salió del auto y Yunho soltó a Joong para poder estrechar su mano con la del actor.



—Muchas felicidades, cuida mucho de él. ¿Bien?

—Por supuesto.



Compartieron una breve sonrisa. Hyun Joong arregló el cuello de la camisa de Jung y finalmente palmeó el pecho de Yunho con un suspiro en los labios.



—Cuídate mucho mi buen amigo.

—Igualmente, Joong.



Un último abrazo. Y tanto Shun como Joong terminaron por subirse al auto. Ante la despedida de todos sus amigos. Agitando su mano Yunho vio al auto alejarse. Jaejoong a su lado solo permaneció observando el mismo lugar que todos miraban.



—¿Por qué demoraron tanto en llegar?



Heechul estuvo a su lado demasiado pronto, y Jaejoong sonrió.



—Es que Yunho no se cansaba de decir que me amaba.





Yunho lo miró inmediatamente. Sorprendido de que dijera eso, y con un leve tono carmesí en las mejillas. Los cuatro personajes que se habían colocado a su alrededor guardaron silencio, esperando alguna afirmación de su parte.



Boa dio un paso hacía adelante. —¿Es eso verdad? ¿Ya por fin se dejaron de idioteces?



Yunho entonces asintió, desviando un poco la mirada. Siwon y Heechul chocaron sus puños, sonriendo ampliamente. Y Boa dio un pequeño gritito de felicidad, aplaudiendo y por instinto abrazándose a Rain.



Pero cuando sus rostros se encontraron. Ella solo se alejó un poco, recobrando la compostura.



JaeJoong solo apoyó la quijada sobre el hombro de Yunho y sonrió. Comentando despreocupadamente, tanto que eso solo lo hacía sonar más peligroso.



—Oye Yunho… Ahora que lo recuerdo, tú y yo estábamos comprometidos.



Un extenso ‘Uhh’ se extendió desde sus amigos, pero Yunho solo sonrió.



—Créeme JaeJoong tu y yo funcionamos mejor sin compromiso de por medio.



En ese instante Jaejoong rió, y Yunho solo respiró profundo. Tomando la mano de Jaejoong tan discretamente que nadie más lo notó.





“Si no tienes la fe suficiente dentro de ti.

Yo puedo creer en el amor por lo dos.”







Mir arregló la manga de la camisa de Junsu y suspiró.



—Estas listo.

—De acuerdo, daré mi mejor esfuerzo.



Junsu apretó su puño, levantándolo un poco y Mir asintió. Ambos caminando hacía el estudio donde le tomarían a Junsu las fotos para la nueva propaganda. El lugar estaba repleto de personas que iba de un lado a otro.



—Oh, quítate la cadena.

—¿Qué? ¿Por qué? Tú me la diste.



Junsu hizo un pequeño puchero y Mir no pudo evitar sonreír. Sacándole con cuidado el pequeño collar.



—Por el concepto de las fotos, Junsu. Solo será un momento.

—Oh… Bien.



Guardó la pequeña cadena en su bolsillo. Y sonrió, moviendo un poco el cabello de Junsu y dándose por cuenta por primera vez, lo fijamente que Junsu lo miraba.



—¿Qué sucede?

—Te quiero, Mir.



Sonreír fue inevitable, le dio un pequeño golpe en la cabeza, y Junsu borró su expresión seria por una de niño pequeño molesto.



—¡Oye! Que estoy expresando mis sentimientos, deberías valorarlo.

—Si, es que así es como YO expreso mis sentimientos.

—Muy gracioso, Mir. Muy gracioso…



Junsu rodó los ojos y Mir tan solo sonrió un poco más.



—¿Sabes? He estado pensando que con tantos niños que Yunho Hyung tiene en la fundación. Podríamos armar un campeonato de fútbol. Con elección de madrinas, uniforme, pancartas. La mejor barra y todas esas cosas.



Junsu desbordaba de felicidad en esos momentos, Mir no pudo evitar respirar profundo y suspirar, asintiendo ante cada nueva idea.



—Eso de seguro le gustara mucho a los niños.

—¡Por supuesto que si! ¡¡Sería grandioso!!



Y Kim estaba dispuesto a seguir explayando sus ideas sino fuera por que el director le pidió que se acercara al set. Entonces, Junsu se acercó a Mir y besó cortamente sus labios.



—Luego hablamos. ¿Bien?

—Por supuesto.



Mir se quedó apoyado un rato más en el pilar más cercano que encontró. Viendo como Junsu asentía educadamente ante cada indicación. Mordió su labio inferior y pensó, que su vida estaba tomando un rumbo verdaderamente agradable junto a Junsu.





“Te entrego mi corazón y tú solo preguntas ¿Por qué?”







—Bien ahora, procura ser más cuidadosa bien.

—Si, gracias por todo.



La niña sonrió un poco apenada, y con su rodilla curada salió de la enfermería a un paso lento. Boa solo la vio alejarse y sonrió, empezando por limpiar y luego guardar todos los implementos que había utilizado.



Dos golpes en la puerta y giró.



—¿Se puede?



Rain apareció, apenas asomado y con una pequeña sonrisa en los labios. Boa se levantó y asintió, esperando por que Rain ingresara, pero cuando el hombre empezó a hacerlo y vio el enorme ramo de rosas rojas. Boa abrió sus ojos un poco más.



—Vine a pedirte una cita. ¿Te parece muy pronto?



Por supuesto que no le parecía muy pronto y probablemente la sonrisa que tenía en su rostro mientras tomaba el ramo en sus manos la delataba. Pero levantó la mirada y vio directamente aquellos ojos de Rain.



—¿A que hora pasas por mi?

—A las ocho. ¿Te parece bien?



Boa asintió, con una sonrisa más amplia en el rostro y oliendo las frescas rosas en sus manos.



—¡Vieron! ¡¡Se los dije!!

—Boa tiene novio, Boa tiene novio… ~



Y una vez más, los niños los rodearon, canturreando divertidos a su alrededor. Boa solo tapó con una mano su rostro y Rain sonrió, enternecido con toda la situación.





“Yo creo, que algún día podré atar tu alma a la mía.”





Jaejoong se estacionó frente al restaurante y lo observó con atención.



Bajó del auto y sonrió ligeramente. Aún recordaba aquel lugar, la primera vez que había visto a Yunho había sido en su oficina, cuando su madre lo llevo a conocerlo, y su primera salid por decirlo de algún modo había sido justo ahí.



Claro que habían terminado por decirse de todo, por pre juzgarse e incluso decirse más allá de lo que debieron. Pero ese había sido su comienzo. Un traspié tras otro. Ingresó con tranquilidad y descubrió con sorpresa que Yunho se encontraba precisamente en la misma mesa que habían compartido por primera vez.



—Disculpa la demora, mucho trafico.



Se sentó frente a él con una pequeña sonrisa en los labios, observando a Yunho quien asentía ante su disculpa. Sin embargo Yunho jugó con sus dedos pidiéndole que se acercara un poco. Jaejoong lo hizo y Yunho besó sus labios.



Fue corto y sencillo, apenas un roce, pero aún así le robó una sonrisa.



—¿Qué tal las cosas en la empresa?

—Un poco cansadas. ¿Cómo va Rainbow Hope?

—Muy bien, por supuesto yo me encargo de todo mientras tú no estás.



Yunho sonrió ante esas palabras y abrió la carta de pedidos.



—¿Recuerdas este lugar?

—Por supuesto que si.

—¿Y recuerdas todo lo que me dijiste?



Jaejoong rió un poco, apoyando la quijada en su mano.



—Sinceramente si, y la verdad sigo pensando lo mismo… Solo que a pesar de ello, aún así me sigues gustando mucho… Es molesto.



Yunho rió un poco ante la fingida inconformidad por parte de Jaejoong y antes de hacer lo que iba a hacer. Respiró hondamente.



—Jaejoong dame tu mano.



En un primer momento, la petición lo tomó por sorpresa, pero aún así Jaejoong optó por hacer lo que Yunho le pedía. Pronto, la mano de Yunho estuvo sobre la suya, apretándola ligeramente.



—Te amo. ¿Quieres que nos comprometamos de verdad?

—…¿Eh?



Y los movimientos de Yunho fueron rápidos de la nada, y con una destreza absoluta en las manos. Yunho colocó un anillo de plata sencillo entre su dedo anular. Jaejoong observó el anillo y levantó la mirada, todavía sorprendido.



—…¿Qué?



Yunho rió. —¿Qué dices?



Jaejoong volvió a mirar el anillo en sus manos, y por unos segundos se quedó embelesado observándolo, analizando su situación. Yunho se sentó a su lado, colocando su rostro muy cerca al suyo.



Tan cerca, que Jaejoong cerró los ojos y suspiró un ligero. —…Tal vez.

—Con eso me basta.



Yunho terminó la petición con un beso. Jaejoong se aferró a ese cuello y pensó. Que su primer encuentro distaba tanto de sus emociones en este instante. Por que cerró los ojos y disfrutó de ese momento.



…Por que estaba siendo feliz justo en ese momento.





“Y creo en que dos corazones pueden latir como uno solo.”





—¿Tomaste la foto?

—Claro que si.



Heechul rió divertido, quitándole la cámara de las manos a Siwon, miró la foto y de inmediato se la pasó por mail a Boa. Esperando por que la muchacha la distribuyera de inmediato hacía los demás muchachos.



—¿Cuánto tiempo crees que tarden en contarnos los del matrimonio?

—No lo sé, pero apenas regresen a la fundación. Juró que instigó a Jaejoong hasta la saciedad por ese anillo.



Siwon rió ante las ocurrencias por parte de Heechul y lo abrazó por la espalda.



—…Te quiero.

—Yo también, Siwie.



Compartieron un ligero beso y optaron por alejarse un poco, antes de que el YunJae se diera cuenta de su presencia fuera del restaurante.



—¿Alguna vez te dije lo mucho que me gusta el té?

—¿Por qué lo dices, Siwie?

—Para que variemos un poco ese café de todas las mañanas.



Heechul rió abiertamente, imaginando la cara de Siwon en esos momentos.





“Lo veo, lo sé, Estoy seguro.

Siento que el amor, nos ha preparado un futuro solo para nosotros.”





Yoochun le extendió un poco de chocolate caliente a Changmin, y se sentó junto a él, en la perezosa del balcón de la oficina de Yunho en la fundación. Mir y Junsu apoyados en el balcón, señalaban hacía algún lugar perdidos en alguna conversación sin sentido.



—Boa y Rain congenian muy bien con los niños.

—A los niños les encanta fastidiarlos con eso de que son novios. Es como si entre ambos a través de los niños estuvieran lanzándose las indirectas.



Changmin sonrió, chocando su taza con la de Yoochun. Viendo como los niños corrían de un lado a otro mientras Rain y Boa los vigilaban.



—Algún día lograré hacer muchos campeonatos para donar para las fundaciones.



Junsu soltó ese comentario a la ligera, Mir asintió. Y Changmin levantó un poco la taza para hacerse notar.



—Esa es una buena idea, Hyung. Es más, siendo tú un modelo tan famoso. Podrías organizar un partido solo para famosos, con gente de espectador y recaudar aún más dinero. Créeme las fans de seguro irían.



Yoochun asintió. Mirando a Junsu y Mir quien de inmediato se miraron empezando a derramar múltiples ideas de cómo sería todo. Y a quienes podría llamar y como auspiciar el evento. Changmin se sintió complacido con ayudar.



—Hey mocoso… ¿Crees en el amor a primera vista?

—Yo te odie a primera vista, Yoochun.



La sinceridad aplastante de Changmin no lo sorprendió. Por eso sonrió, bebiendo un poco de su chocolate, observando como la tarde empezaba a morir ante sus ojos.



—¿Sabes, Changmin? Yo me enamoré de ti desde el momento en que me dijiste mis cuatro verdades a la cara. Tú, tan real como solo tú logras serlo. De eso me enamoré. De tu esencia.



Sintió la mirada del menor sobre su cuerpo. Y por eso giró, por que Changmin sonrió un poco y apoyó la cabeza en su hombro.



—Seré sincero. Yo me enamoré de ti al ritmo de la canción de Darren Hayes. Cuando estuvimos en tu departamento y nos acostamos por primera vez. Con Insatiable sonando por todo tu departamento, mientras te veía, en el fondo sabía que ya no te podría dejar ir.



Yoochun se apoyó en la cabeza de Changmin y suspiró. El amor en ese momento era tan real, justo como Shim Changmin. Y las palabras no eran tan necesarias. Siempre y cuando estuvieran ahí, juntos sin importarles lo demás.





“Por que yo creo..

…Creo en el amor.”











..:: Fin ::..

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