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Arualthings

Se Solicita Novio - Cap. 22

Por que finalmente, el príncipe perfecto. No existe.


Particularmente YooChun es de dormir profundo.



Pero esa noche, dio varias vueltas en la cama. Esa noche no pudo cerrar los ojos, se removió en su cama y bufó con molestia. Llevó una mano a su pecho y suspiró. No podía decir con exactitud lo que le pasaba pero necesitaba hablar con alguien.



Su celular descargado permanecía sobre su mesita de noche. El cargador se le había quedado en la casa de Lee y su representante había quedado en llevárselo al siguiente día a primera hora.



Quería llamar a ChangMin pero todavía no se sabía su número, y su celular descargado era inútil en esos momentos, pensó en salir a esas horas. Pero no iba a molestar al menor solo por un presentimiento.



ChangMin no tenía ni tres horas desde que abandonó su departamento y él lo quería ir a ver. Sonrió ante la ironía y prefirió recostarse una vez más. Intentar cerrar los ojos y dormir.





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YunHo estacionó el auto torpemente.



Se bajó como pudo y prácticamente corrió hacía los brazos de ChangMin, el menor lo esperaba sentado en los escalones que conducían a la puerta de su casa, con un pequeño abrigo y con el rostro compungido por el dolor.



…Evitando estar cerca de su triste realidad.



—Hyung…



Y ChangMin rompió en llanto apenas lo vio. Lo abrazó con fuerza, sollozó junto a su oído y cerró los ojos. YunHo sentía en su pecho la empatía. Lo abrazó de igual manera, no sabiendo como poder apoyarlo, no sabiendo que hacer para lograr que se sintiera mejor.



—Es Sarah… El doctor dice que ya está con sus últimos respiros.



YunHo deseo poder cambiar las cosas para ChangMin. Regalarle un poco más de tiempo, se sintió tan impotente ante ese dolor que le transmitía el menor. Que era su amigo, y alguien demasiado importante ya en su vida.



Pero suponía que las lágrimas que Changmin no había podido derramar dentro de la casa, esas lágrimas que caían sobre sus hombros eran su manera de apoyarlo, por que con él ChangMin podía expresar todo el dolor que sentía.



Cerró los ojos y se abrazó a él, prefería no emitir palabra alguna, no sabía muy bien que decirle. Pero esperaba que sus gestos, que su cariño le llegara y su apoyo lo sustentara.



Que por esos minutos, ChangMin comprendiera lo importante que era para él, que estaba con él, y como amigo jamás lo abandonaría. Por que YunHo hubiera dado todo por evitar ese sufrimiento en el menor.





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JunSu miró a HeeChul dormir.



Se había sentado en aquel cómodo mueble casi junto a la cama de YunHo, donde JunSu había decidido dejar dormir a HeeChul, el mayor permanecía aparentemente tranquilo. Otra lágrima corrió por su mejilla y JunSu se apresuró en borrarla.



No podía, no podía ser cierto.



HeeChul le había contado todo sobre el pasado de YunHo y Hyun Joong, le había pedido incluso disculpas a él. A él que no tenía nada que ver en estos momentos en esta historia. JunSu había perdido su perspectiva por un momento.



…JunSu se había enamorado de un reflejo de príncipe perfecto.



Y ese reflejo hoy se había resquebrajado. La imagen de YunHo se había partido en pedazos y el hecho de que YunHo se hubiera comportado de aquella manera, lo había decepcionado. Pero JunSu era capaz de comprender que un error lo comete cualquiera.



Y también que sus más grande error había sido pensar que YunHo era perfecto.



Pensó entonces que JunSu se había enamorado no de YunHo, sino de lo que YunHo le hacía sentir cuando estaba con él. Otra lagrima y JunSu la volvió a secar con el dorso de su mano. Abrazando a sus piernas Kim JunSu decidió no esperar a YunHo.



Abrió la tapa de su celular y sonrió tristemente.



Mir ni siquiera le había mandado un mensaje o una llamada. Como si ni siquiera se hubiera dado cuenta de que era ya muy tarde y él todavía no daba señales de vida. De pronto el celular vibró en sus manos. El nombre de Mir apareció.





‘Es tarde, ¿Vas a venir a dormir?’





Y en esas pocas palabras se resumía su decisión. Mir finalmente le había escrito, pero él no iba a responder, por que sencillamente ya se dirigía para allá. Miró una última vez a HeeChul y decidió salir. Kim dormía apaciblemente.



Bajó las escaleras con un suspiro en los labios, abajo Heyon y su esposo conversaban preocupados por lo que estaba sucediendo, JunSu decidió únicamente avisar que se iría y que había dejado a HeeChul dormido en la habitación de YunHo.



…Nada más le correspondía hacer.





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Había empezado a llover.



YooChun se había puesto un jean, una camisa de algodón y un abrigo con capucha. Y apenas la lluvia leve lo sorprendió en dirección a la casa de Shim, decidió que no le quedaría de otra más que mojarse.



Se bajó del carro, con la capucha en la cabeza y corriendo entre la oscuridad hasta que finalmente tocó el timbre en la residencia de ChangMin, le dio un poco de calor a sus manos y miró la hora en su reloj. Casi las doce de la noche.



Sus ojos se sorprendieron en cuanto vio a YunHo abrirle la puerta. Por un momento intentó hacer un amago de sonrisa, pero un malestar interno se lo impidió.



—YooChun que bueno que llegas. ¿Por qué no contestabas el celular?



Los sentidos de Park gritaron alerta de inmediato, había llegado hasta ahí por un presentimiento, entonces la preocupación lo abrazó.



—¿Le pasó algo ChangMin? ¿Él esta bien?



Sin embargo antes de que YunHo pudiera responderle, ChangMin estuvo frente a sus ojos, varios pasos más atrás de ellos, como si viniera de la sala de estar. ChangMin se veía débil, desprotegido. Y YooChun no dudó en acercarse.



Tocó su rostro e intentó ver a a través de esos ojos cafés.



—Intenté llamarte… Pero no me contestabas…

—Min, lo siento. ¿Qué sucede?



La voz de ChangMin había sonado suave y muy baja de lo normal. YooChun sintió la preocupación recorrerle, ChangMin parecía un niño desprotegido en esos momentos y YooChun solo deseaba abrazarlo.



—Sarah está muy mal…



ChangMin mordió su labio inferior, intentando que sus lagrimas no volvieran a salir, pero cuando YooChun lo abrazó con fuerza. ChangMin solo suspiró profundamente, sintiendo la calidez de Park en todo su cuerpo.



—No te voy a dejar solo, lo prometo. Te prometo que saldremos juntos de esto.



ChangMin lloró. Lo abrazó todavía más fuerte. Por que YooChun estaba prometiendo lo que sus padres nunca cumplieron, por que él estaba ahí, por que lo había necesitado y había llegado.



Por que gracias a YooChun y YunHo no estaba solo una vez más.



—Te amo ChangMin.



Y ese susurró disparó a sus emociones, escondió su rostro en el hombro de YooChun y lloró un poco más, por que sus emociones estaban a punto de explotar, por que se sentía desamparado, pero al mismo tiempo estaba junto a las personas más importantes en su vida.



…Por que YooChun estaba ahí, y él así se sentía un poco mejor.





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Dos veces más.



JaeJoong había visto pasar los carros, y por segunda ocasión se había equivocado en pensar que alguno sería el auto de YunHo. Por que idiotamente lo seguía esperando, e idiotamente no podía dejar de hacerlo.



Sentado en el borde de su gran ventana. JaeJoong observaba la lluvia caer, por supuesto con la ventana cerrada y apenas con su ropa de dormir, Kim había descubierto que el sueño no iba a llegar en toda la noche.



Miró el reloj en la pared, eran casi la una de la mañana y él aún no podía cerrar los ojos. Aún continuaba pensando, aún continuaba esperando. JaeJoong estaba tomando una decisión esa noche.



Suspiró una vez más y apoyó la cabeza en el vidrio de la ventana, y cuando otro auto pasó. JaeJoong cerró los ojos, por que solo se engañaba a sí mismo. Suspiró y cuando el calor de suspiro llego al vidrio empañándolo sonrió.



Deslizó su índice sobre aquella zona, quiso escribir algo, pero finalmente nunca supo que. Solo hizo un par de garabatos y continuó apoyado contra el vidrio. Cuando era un niño y quería algo solo bastaba con pedirlo.



Sin embargo YunHo no era un juguete y la vida no era como ir a una juguetería, y él aparentemente no siempre tendría lo que quería.



¿Sería eso lo que llaman madurar?



Su vida entes era más sencilla, bastaba con estirar la mano y tenía lo que quería, a quien quería. Y sin embargo siempre se sintió tan vacío. ¿Pero que era mejor? No sentir nada, o sentir dolor.



JaeJoong supuso que era mejor sentir dolor, por que si por lo menor sentía entonces en algún momento sentiría la alegría, la felicidad y el amor. Por que estaba seguro de que algún día la felicidad tocaría a su puerta.



Suspiró y cerró los ojos. Y deseó como un niño pequeño que sus deseos se cumplieran, deseó poder ver a YunHo, y que sus ojos lo vieran con amor. Deseó que si eso pasaba entonces no lo arruinara. Por que JaeJoong no sabía amar.



Por que era la primera vez que se sentía así, y él solo deseaba una oportunidad.





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Siwon daba vueltas en su apartamento.



Casi las dos de la mañana y todavía ni siquiera había podido cambiarse de ropa, tomó el celular y decidió marcarle a HeeChul. Tenía que hablar con él como fuera. Sin embargo unos segundos después escuchó un pequeño ruido proveniente de su habitación.



HeeChul había dejado el celular.



Suspiró y se sentó sobre la cama, mirando el celular en sus manos y decidiendo que mañana a primera hora hablaría con Kim, quisiera o no. Aclararía las cosas como fuera, por que no iba a permitir que HeeChul emprendiera la huída.



Por que si lo conocía lo suficiente. HeeChul ya estaría pensando en alejarse lo suficiente de él, sin escucharlo, sin verlo y mucho menos avisarle. Y Siwon no se lo iba a permitir. Por que si HeeChul huí a sabrá Dios que país, entonces él iría tras él.



Suficientes años se habían interpuestos entre ambos. Y eso no volvería a ocurrir.





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Parpadeó un par de veces antes de abrir correctamente los ojos.



Se sentó como pudo y acomodó un poco su cuerpo. El dolor en el cuello y su cabeza incluso dolía un poco. Carraspeó y miró a su alrededor, de inmediato recordó que había ido a la casa de ChangMin ante su llamada.



YunHo decidió estirar un poco el cuerpo y en cuanto sintió un poco de calor sobre el rostro pudo percatarse de que ya había amanecido y que la luz del sol se colaba por los ventanales directo a su rostro.



Buscó con la mirada al menor y lo encontró cómodamente semi recostado sobre el cuerpo de YooChun, ambos sentados en unos de los sillones, abrazados y profundamente dormidos. YooChun rodeaba con sus brazos a ChangMin, y mientras el menor apoyaba la cabeza en el pecho de Park, el lo hacía en la cabeza de Shim.



Sonrió ante aquella imagen y suspiró. Finalmente lo habían aceptado, finalmente ChangMin había encontrado un poco de calma con la llegada de YooChun. Se levantó de su asiento y prefirió no hacer demasiado ruido. Una de las empleadas le hizo señas desde la cocina, YunHo sonrió, a lo mejor tampoco querían levantar a Min.



—Disculpe que lo haya llamado de esa manera joven pero…

—Si, lo sé. No quieren despertar a Min.

—Si, es que desde ayer estaba muy mal y consideramos que sería bueno para él que descansara un poco más.



—No se preocupen. ¿Qué desean?

—Oh, si. ¿Va a desayunar? ¿Quiere que le preparemos algo especial de comer? ¿O se va a duchar primero? Podemos ofrecerle ropa del joven ChangMin.



YunHo arrugó un poco el entrecejo. ¿Era tan tarde ya? Miró su reloj y se asombró al notar que eran casi las nueve de la mañana. Pasó las manos por su rostro y suspiró.



—No se preocupen por el desayuno, esta bien con un poco de jugo, pero la ducha si la acepto. Por favor quiero ir a ver a alguien.



La muchacha asintió de inmediato y casi con la misma rapidez le extendió un par de toallas y algo de ropa limpia.



—Puede ducharse en la habitación de huéspedes al final del pasillo del primer piso o en la habitación del joven, como desee.

—De acuerdo.



YunHo caminó por la sala y observó una última vez a los dos muchachos, sonrió y decidió seguir subiendo. Pasó por la habitación de Sarah y abrió un poco la puerta, el doctor permanecía semi dormido en la silla frente al escritorio, pero apenas dio un paso dentro el hombre abrió los ojos.



—YunHo, me sorprendiste.

—Lo siento. ¿Cómo está Sarah?

—Igual, pero indudablemente le alegró mucho verte ayer en la noche.



YunHo asintió. Miró a la mujer y suspiró. –Me voy a ir en unos minutos, pero cualquier cosa por favor avíseme en seguida.

—Si, no te preocupes.



—ChangMin no se queda solo, abajo está con YooChun. Están profundamente dormidos así que preferí no levantarlos. ¿Por qué no descansa un poco usted también?

—No lo sé…



—Voy a ducharme en la habitación de huéspedes. Apenas termine sería bueno que se recueste unos minutos, una de las empleadas se puede quedar a vigilar a Sarah y avisarle si algo sucede.



—Esta bien, en unos minutos iré a descansar.



YunHo asintió y decidió salir de la habitación. Caminó con tranquilidad hacía la habitación de huéspedes. Había pensado muchas cosas durante la noche y entre ellas lo mal que se había comportado con JaeJoong.



Había dicho muchas palabras que no hubiera querido decir, había analizado demasiado y había tomado la decisión de pedir disculpas. Sacó su celular y empezó a escribir un mensaje, pero lo borró de inmediato.



Debía hablar con JaeJoong, pedirle disculpas en persona, y escuchar su versión de la historia. Y comportarse como el adulto que era. La ducha fue rápida. Por suerte ChangMin y él compartían casi la misma altura.



Así que la ropa le quedó a la perfección, se acicaló debidamente y una vez estuvo listo, bajó las escaleras una vez más. Fue por su saco que había dejado en el mueble y lo recogió con cuidado de no despertar a nadie.



—¿Te vas?



La voz algo rasposa de YooChun, debido a que acababa de abrir los ojos lo sorprendió, pero aparentemente Park decidió no moverse demasiado para no despertar a ChangMin.



—Si, tengo que buscar a Jae, tuvimos una pelea y creo que tenemos que hablar.

—¿Fue por que viniste por ChangMin? Si quieres puedo ir y explicarle que…



YunHo negó levemente. –No te preocupes, ChangMin en estos momentos te necesita más a ti que a mí. Y de todas formas nuestra pelea fue por algo diferente.

—Oh, ya veo. Suerte entonces.



—Cuida de ChangMin.

—No tienes que pedirlo.



YunHo sacudió los cabellos de YooChun y ajustando el reloj a su muñeca con una sonrisa se empezó a alejar. Miró por una última vez hacía la sala y YooChun se había vuelto a apoyar en la cabeza del menor, cerrando los ojos.



Esa paz que transmitían los dos era envidiable.





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Mir abrió la nevera y bebió mucha agua.



Venía de correr y estaba lo suficientemente sediento como para beber litros y litros de agua. Relamió sus labios ante lo fresco de aquello y miró hacía la habitación de JunSu, el sonido de agua caer y supuso que se estaría duchando.



Desde ayer estaba actuando muy extraño, había llegado demasiado callado y concentrado en sus pensamientos que apenas lo había saludado y se había encerrado en su habitación. Suspiró, y pensó que quizá hoy amanecería un poco mejor.



El celular de JunSu empezó a sonar desde la cocina y Mir miró el número de YunHo centellar, supuso que sería una llamada urgente por la hora de la llamada, tomó el celular y entró en la habitación de Kim.



—Su… YunHo te está llamando.



Golpeó la puerta del baño y JunSu cerró la llave de la ducha, demoró un poco en contestar. Mir no entendía ese repentino momento en el que JunSu pareció dudar en si contestar o no. Eso era muy extraño usualmente le hubiera contestado de inmediato.



—Déjalo Mir, yo luego le devuelvo la llamada.



Mir arrugó el entrecejo confundido, pero decidió bajarle el volumen al celular para que dejara de sonar, la ducha volvió a sonar y Mir se preocupó.



—¿Su pasó algo? ¿Estás bien?

—…Si, Mir. No te preocupes, solo me duele un poco la cabeza.



Mir mordió su labio inferior, por alguna razón sentía que le estaba mintiendo, colocó una mano en la puerta y suspiró.



—Te voy a tener una pastilla lista entonces. ¿Quieres que salgamos a desayunar juntos?



Nuevamente JunSu pareció pensar demasiado su respuesta, pero en esta ocasión no cerró la ducha. Mir no entendía lo que sucedía, pero al menos quería servirle de apoyo. La ducha se volvió a cerrar.



—¿No vas a estar ocupado hoy?

—Por algo te estoy diciendo que vayamos juntos.

—¿Solo los dos?

—Bueno pensaba invitar a Joong, hace tiempo que no lo ves y ¿Sabes? Está en el país y…



—Entonces no.



JunSu fue directo, volvió a abrir la ducha, y Mir arrugó el entrecejo confundido una vez más. Apoyó la frente en la puerta y suspiró.



—De acuerdo. Solos tú y yo. ¿Bien?

—¿En serio?

—Si.



Mir no lo pudo notar, pero una pequeña sonrisa surcó por los labios de JunSu en esos momentos. Como la ducha siguió abierta Mir supuso que JunSu había aceptado, y decidió ir a ducharse a su habitación también, empezó a salir de la habitación cuando la voz del muchacho lo detuvo.



—Mir…

—¿Si?

—…Gracias.



Con una sonrisa Mir abandonó la habitación del modelo, decidió cambiarse cuanto antes y dejar que JunSu a su tiempo le dijera lo que pasaba. Que sus sentidos le dictaran el momento adecuado y mientras tanto, llamaría a Joong para pedirle que dejaran su salida de hoy para otro día.





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La puerta fue abierta por la empleada, YunHo de inmediato respiró profundo.



—Disculpa ¿Está JaeJoong?

La muchacha asintió levemente triste. –Si, que bueno que llega, joven. El joven JaeJoong desde ayer ha estado muy extraño y no ha querido salir de su habitación.



YunHo suspiró, la culpa volvió a estar más presente. Leah apareció, bajando las escaleras con algo de rapidez y un poco angustiada. Se abrió paso y se acercó a él, tomándolo de las manos y dándole un corto beso en la mejilla, a modo de saludo.



—YunHo no podías llegar en mejor momento.

—¿Qué sucede con Jae?

—No lo sé, desde ayer que llegó y no ha querido salir ni para comer, le mandé a dejar la comida, pero dijo que no tenía apetito. Estoy preocupada.



YunHo besó las manos de la mujer respetuosamente.



—Iré a hablar con él, despreocúpate Leah.

—Gracias, YunHo.



La mujer sonrió un poco más calmada y YunHo subió las escaleras con cuidado, la habitación de JaeJoong era una de las más grandes, encontró las puertas blancas cerradas y decidió golpear levemente.



—Madre, ya te dije que no tengo apetito. Comeré más tarde.



La voz de JaeJoong sonaba lejana, probablemente por que estaba aún en cama, tocó la puerta una vez más y mordió su labio inferior.



—Jae abre la puerta… Por favor…



Hubo un silencio fatal. YunHo por un instante deseó poder abrir la puerta y abrazar a JaeJoong hasta que lo perdonara, deseó poder abrazarlo y que lo escuchara. Pero antes de volver a hablar la puerta se abrió lentamente.



—…¿Qué haces aquí?



Desde la planta baja, asomadas desde el balcón. Leah golpeó amigablemente el brazo de su empleada feliz de ver que JaeJoong por fin abría la puerta, por lo menos para recibir a su prometido.



YunHo dio un paso y JaeJoong pareció no retroceder, en realidad ni siquiera lucía molesto. Y pudo notar que la puerta jamás tuvo seguro. JaeJoong aparentemente confiaba mucho en que las personas a su alrededor respetaran su privacidad.



—Creo que tú y yo tenemos que hablar, Jae.

—Entra.



JaeJoong se sentó en su cama, YunHo cerró la puerta con cuidado y miró al muchacho que ahora entrelazaba sus manos y suspiraba visiblemente más tranquilo.



—No creo que haya mucho de que hablar, tú no te quieres casar. Sea la razón que sea, no quieres hacerlo y punto. Ayer incluso dijiste que me alejara de ti si así lo disponía. ¿Quiere decir eso que no me soportas? Obviamente de ese modo tampoco nos podemos casar.



—Jae no. Yo jamás dije que no te soportara.— YunHo de inmediato se colocó en cunclillas frente a JaeJoong, sosteniendo sus manos con fuerza y mirándolo a los ojos. –Solo creo que ayer nos dijimos muchas cosas fuera de lugar y quería pedirte disculpas. No debí tratarte así.



JaeJoong se soltó delicadamente del agarre. Con una sonrisa pequeña en sus labios y volviendo a recostarse en su cama, bajo su edredón, prefiriendo ignorar toda la situación.



—Si eso es todo, entonces ya puedes irte. Yo ya te perdoné ayer.

—Jae…— Kim se volvió a sentar, únicamente para mirarlo a los ojos. YunHo decidió no moverse en ese momento.



—Dijiste que me habías perdonado todo, menos que me metiera con tu familia y está bien. Pero YunHo ¿Sabes? Yo te perdono todo, incluso que me lastimes diciendo que no te quieres casar conmigo. Incluso que me mientas diciendo que lo haces por mi cuando la razón por la que no te quieres casar es por que estás enamorado de alguien más.



—¡Eso no es verdad!

—¡Ya no importa! Solo vete y déjame en paz.



JaeJoong se volvió a recostar, encogiendo un poco sus piernas y bajo su edredón. Supuso que YunHo se habría ido por que mantuvo silencio por un buen momento, sin embargo cuando sintió un peso adicional en su cama supuso que aún estaba ahí.



—Lo siento, Jae. Pero no te mentí. Lo hago por ti, no quiero lastimarte por que no sé lo que siento, tú no sabes lo que sientes. Y así solo nos haríamos daño. Me importas, me importas demasiado como para permitir que algo te lastime y si ese algo soy yo, entonces haré lo que está en mis manos para no volver a verte triste una vez más.



JaeJoong pensó que era el momento justo para decirle a YunHo que se había enamorado de él, pero cuando YunHo colocó una de sus manos sobre su hombro. JaeJoong perdió todas las fuerzas, cerró los ojos y suspiró.



Decidió únicamente posar su mano sobre la de YunHo y permanecer así.



—Tienes ojeras. ¿No has dormido bien, verdad YunHo?

—La nana de Min está muy mal, pasamos casi toda la noche en vela.

—…Lo siento, era algo importante. No debí exaltarme tanto.



YunHo giró un poco su mano, solo para entrelazar sus dedos con los de JaeJoong.



—Tú tampoco has dormido ¿Cierto?

—No podía.— JaeJoong giró y descubrió a YunHo sentado sobre su cama, lo jaló un poco hacía él y logró recostarlo. –Durmamos un poco.



YunHo alcanzó a sacarse los zapatos con cuidado y de inmediato pasó un brazo bajó la cabeza de JaeJoong, Kim se acercó a su cuerpo y hundió el rostro en su pecho. Sus manos entrelazadas seguían así, en medio de sus cuerpos.



Suspiró y cerró los ojos. Abrazado a JaeJoong, YunHo concilió el sueño demasiado pronto y por la respiración pausada del muchacho suponía que él había empezado a quedarse dormido también.



Besó la frente de JaeJoong y la paz de ese momento lo terminó por envolver.





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—Si, Heyon despreocúpate YunHo está aquí.



Leah abrió la puerta lentamente y descubrió a su hijo abrazando a YunHo y ambos profundamente dormidos, sonrió con ternura y cerró la puerta. Heyon al otro lado de la línea suspiraba aliviada.



—No sé que habrá sucedido, pero al parecer ya lo solucionaron. Los dejaré dormir, luego le digo a YunHo que te hable, ¿Si?… Ok, nos vemos en la tarde entonces.



Cortó la llamada y le entregó el teléfono a la empleada. Leah lo sabía, desde que había conocido a YunHo tantos años atrás. Era la persona indicada para JaeJoong. Y se lo habría presentado años atrás sino fuera por que JaeJoong se negó a regresar antes de sus vacaciones.



Pero para ese entonces, YunHo ya salía con alguien y hubiera sido todo un desastre. Las cosas sucedían a su tiempo. Y este parecía ser el tiempo para YunHo y JaeJoong.





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—No… Tía por favor, no quiero verlo.



Heyon arrugó el entrecejo. Y colocó las manos en sus caderas, intentando verse enojada ante su sobrino, quien arrodillado sobre la cama de YunHo la miraba con carita de cachorro abandonado.



—Kim HeeChul, ya eres todo un adulto, así que compórtate como tal. Recíbelo.

—Ahora no, te prometo que luego pero…

—Si tienen problemas, soluciónalo como los adultos que son. No huyas, Chul.



Heyon salió de la habitación y dos segundos después Siwon entraba a la habitación, vestido apenas con un pantalón y camisa de tela. Con el rostro apacible y sosteniendo entre sus manos un celular, HeeChul decidió sentarse.



—Lo dejaste en mi departamento ayer.



Siwon se sentó en el borde la cama, le extendió el celular a HeeChul, y él lo tomó con lentitud. Arregló un mecho de cabello y suspiró. Siwon cerró los ojos e inspiró profundamente.



—Ayer, yo jamás querría hacer algo contra ti, Chul. Sería incapaz. ¿Cómo querría hacerle daño a la persona a la que amo tanto?— HeeChul levantó la mirada sorprendido ante las palabras de Siwon. –JaeJoong ayer solo estaba muy confundido… Él descubrió que se enamoró de YunHo.



HeeChul guardó silencio, apretó el celular en sus manos, y decidió mirar hacía el suelo.



—Yo sé que tienes todas las razones del mundo para pensar que me quise vengar de ti, pero si fuera así, no estuviera aquí, diciendo que te amo.— Siwon se comenzó a levantar y agarró el rostro de HeeChul, besando su frente con suavidad. –Te prometí que comenzaríamos desde cero, yo lo estoy haciendo, olvida tú también HeeChul.



Siwon había decidido empezar a salir de la habitación, pero la voz baja de HeeChul detuvo sus pasos.



—¿JaeJoong te besó por que estaba confundido? ¿Por qué no sabía lo quería?

—JaeJoong me besó, yo no lo besé. A pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, yo no estaría hoy aquí sino te amara tanto. ¿Por qué no lo puedes entender?



Siwon respiró profundo y terminó por salir de la habitación, y apenas la puerta se hubiera cerrado. HeeChul dio un largo suspiró con el celular en sus manos. Y cuando Heyon se apoyó en el resquicio de la puerta, mirándolo con desaprobación. HeeChul se volvió a acostar.



—Tía necesito pensar bien las cosas, no quiero cometer errores y apresurarme en tomar una decisión.

—¿Desde cuando piensas tanto antes de actuar?



—Desde que él me ama tanto y yo tanto a él, que no puedo evitar sentir miedo de lastimarlo otra vez.





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La mesera dejó los jugos y las tostadas sobre la mesa.



Mir colocó la servilleta sobre sus piernas y JunSu observó al muchacho con una sonrisa en el rostro. Mir siempre era igual de refinado a la hora de la comida. Siempre cuidando las normas de etiqueta.



—¿Pasa algo?



JunSu negó levemente y bebió un poco de su jugo de naranja mientras Mir empezaba a utilizar los cubiertos para comer un poco de fruta. Prefirió partir un poco de pan y suspirar mientras veía a la gente caminar fuera del restaurante.



—Solo te veía igual de meticuloso a la hora de comer.

—Se llama comportarse adecuadamente.

—Yo lo llamo perdida de tiempo, uno debe comer como más se sienta a gusto.



Mir sonrió ante las palabras de JunSu y decidió beber un poco de jugo. Miró todo lo que tenían en la mesa para poder desayunar y decidió tomar un poco de pan tostado para poder untarle un poco de mermelada.



La mano de JunSu tomó la suya y Mir de inmediato levantó la mirada.



—Muchas gracias por estar conmigo.

—…No tienes por que, Su.

—Te lo diré ¿De acuerdo? Pero más adelante

—Mmh… Ok.



JunSu sonrió, Mir también y luego de un rato se soltó. Para poder continuar desayunando con tranquilidad. JunSu pensó que eso era normal. Pero aun así su mano permaneció en aquel rato por un largo rato más.



Uno de los cubiertos de Mir cayó al piso y el muchacho desde su asiento se agachó un para poder recogerla, JunSu observó atento como desde el cuello de la camisa se dejo a medio ver el collar que él le había entregado a Mir unos días atrás.



Su corazón palpitó y JunSu no pudo evitar sonreír ante la idea de que Mir aún tenía el collar en su poder, el muchacho llamó a un mesero para pedir otro cubierto, pero inconscientemente JunSu solamente llevó una mano hacía su propio collar.



Volvió a sonreír y Mir lo miró extrañado.



—¿Por qué de repente sonríes tanto?

—Por que eres torpe.

Mir rodó los ojos. –Mira quien habla…



JunSu entonces rió.





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YooChun salió vestido con la ropa de vestir de ChangMin.



Dejó una pequeña toalla sobre su cuello. Y dejó el resto de la ropa en el tacho. Miró su imagen en el espejo. Era cerca de medio día, y ChangMin había ido a ducharse pero en su habitación y él se encontraba en una de las habitaciones de huéspedes.



Pensó en lo que le había dicho a ChangMin, había soltado ese ‘Te amo’ con tanta facilidad, y se había sentido tan cómodo al decirlo, que de no ser por que no era el momento, se lo hubiera dicho mil veces más. ChangMin no había respondido, pero él entendía, no era el momento.



Abrió la puerta de la habitación y mientras secaba un poco su cabello observó a ChangMin salir de su habitación e ir directamente a la que se encontraba enfrente. Recién duchado también. YooChun decidió avanzar a paso lento y asomarse un poco por la pequeña abertura de la puerta.



—Sarah… ¿Cómo te sientes?

—Algo mejor, pequeño…



ChangMin permanecía sentado en el borde de la cama, tomando las manos de la mujer que yacía acostada en la cama. YooChun respiró profundo, estaba frente a la persona más importante para ChangMin, y cuando ella lo vio, sus nervios hicieron acto de presencia.



—Oh… ¿Pero quien es ese muchacho tan lindo?



Shim giró hacía la puerta y YooChun se sintió descubierto, ChangMin lo observó por un rato, pero finalmente sonrió un poco y estiró una mano hacía él. YooChun ingresó en la habitación, tomando la mano derecha de ChangMin, por que la otra era ocupada por la mano de Sarah.



—Nana… ¿Recuerdas que te había mencionado que conocía a un imbécil?



YooChun rodó los ojos y Sarah rió un poco, muy débilmente.



—Si, hijo. Lo recuerdo.

—Pues… Él es ese imbécil, Park YooChun.

—Mucho gusto.



YooChun se inclinó levemente y luego de toser un poco, Sarah sonrió. ChangMin apretó la mano de YooChun con algo de fuerza, y él al notarlo miró de inmediato al menor, parecía pensar mucho lo que iba a decir.



—Y este es el imbécil del que me he enamorado, nana.



YooChun se sorprendió ante esas palabras, apretó un poco más la unión de sus manos y sintió una agradable calidez en su pecho. Una sonrisa inevitable en sus labios y se preguntó si ChangMin habría sentido lo mismo cuando el le dijo que lo amaba.



Sarah sonrió un poco más. Y miró a ChangMin. –Me lo suponía desde la primera vez que te oí quejándote de él.



YooChun sonrió un poco más. ChangMin no sabía, pero esa era la mejor noticia que había recibido. Y aún más por que lo había escuchado de los labios del mismo ChangMin.

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