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Arualthings

Love is a Force of Nature. Cap 58

“Sangre por Sangre”

Te juro que no soy el Diablo…
[Devil, Staind]




Humo…fue el primer olor que inundó sus sentidos apenas percibió que las garras del letargo soltaban el amarre sobre su cuerpo. Jaejoong lanzó un quejido, aun incapaz de abrir los ojos. Quizás ya había llegado al infierno y cuando abriera los ojos sería nuevamente calcinado en un círculo eterno, prisionero y condenado al sufrimiento. Pero no sentía ese calor abrasador de la mansión, no percibía las llamas lamiéndole los ropajes, esas llamas negras que tenían vida: horribles arpías que subían y bajaban por su cuerpo. Apenas tenía recuerdos intermitentes, tan sólo sabía que debería haber muerto y de alguna extraña forma aún se sentía corpóreo, o algo así. Fue en ese entonces, cuando aún luchaba por tratar de recuperar el control sobre sus miembros, cuando la imagen de un demonio le relampagueó de abrupto la mente: Yoochun. Pego un salto y sintió el ardor en algunas zonas de su cuerpo; sus ojos se abrieron al quejarse esta vez más fuerte y se dio cuenta de que estaba tendido sobre una cama. La habitación apenas tenía un velador y una pequeña ventana por la cual se colaban rastros de luz nocturna, lo demás era tan sólo oscuridad. Jaejoong observó las heridas de su cuerpo: abiertas en carne viva y rojizas, quemaduras expuestas sobre sus brazos y muslos. Lentamente Jaejoong se sentó en la cama: sus heridas ya no sangraban, pero no tenían ninguna intención de cicatrizar, seguían igual de rojas y enardecidas, casi idénticas a la persona que se las propinó…

El sonido de la puerta lo vuelve a tomar por sorpresa, y al voltear la mirada lo encuentra allí: con el cabello azabache enmarañado y los ojos violentas resplandecientes…’Yoochun…’

“Hey” Yoochun caminó despacio hasta su cama, su rostro comprimiéndose al observar las heridas. “Debí suponer que también te pasaría…”

“Chun…nie” Jaejoong apenas pudo articular, el dolor de su cuerpo junto con la impresión de volver a verlo luego de tanto tiempo lo paralizó por completo, pero cuando intentó alzar una mano hasta su cuerpo la mano de Yoochun la atrapó primero, tomándola entre la suya.

“No te esfuerces” le susurró luego de depositar un beso en su mano. “Estás herido y aún no estoy en condiciones para sanarte”

“¿Dónde…estamos?” Jaejoong volvió a entrecerrar los ojos. De pronto sintió el cansancio arrastrarlo nuevamente a la oscuridad con aterradora velocidad, el ardor de sus heridas expandiéndose como un lento veneno por su torrente…

“A salvo” Yoochun posó una mano sobre sus cabellos, empujando los mechones humedecidos de su frente. Fue un gesto tan de antaño que Jaejoong sintió las lágrimas comprimirle la garganta. Tenía tanto que decirle…pero de alguna enfermiza manera no podía articular palabra. Estaba exhausto y febril.

“E-El..lobo…”

“Shhh” Yoochun acarició sus cabellos con delicadeza. “Ya habrá tiempo para aclarar las cosas, por ahora sólo tienes que descansar”

Jaejoong quiso protestar, pero cuando hizo ademan de abrir la boca perdió el último dejo de consciencia que le quedaba y volvió a quedar sumido en la oscuridad.




Recuperó la consciencia al sentir un líquido cálido y reconfortante escurriéndose por sus labios entreabiertos. Tosió un poco, pero cuando reconoció el sabor de la sangre humana sus ojos se abrieron como dos platos y su boca se curvó para beber más. Yoochun se encontraba sentado en el borde de su cama y vertía la sangre desde una jarra de porcelana hasta su boca. Llevaba una camisa blanca con los primeros botones abiertos y a pesar de que lucía cansado, sus facciones no demostraban algún signo de malestar. Jaejoong bebió con avidez toda la sangre, y cuando terminó fue capaz de sentarse en la cama con ayuda de él. Le agradeció cuando retiró la jarra, observando ahora las heridas de su cuerpo. Las quemaduras de sus brazos se habían coagulado formando en su piel una masa entre negra y café oxidado, como si tuviera una especie de sanguijuela pegada al cuerpo…al parecer, estas quemaduras eran distintas a las heridas normales…

“Se tardarán más en cicatrizar” Yoochun interrumpió sus pensamientos, ya lo había leído como libro. “Las mías están igual”

“Increíble” Jaejoong musitó. “Aun no puedo creer que hayas logrado sacarme de ese lugar” lo miró a los ojos y Yoochun lanzó un suspiro. De pronto Jaejoong comprendió que Yoochun aún parecía desgastado por esa batalla en particular.

“Creí que moriríamos allí en esa mansión. Si mi energía no hubiese sido lo suficientemente rápida el fuego nos habría consumido a ambos” Jaejoong acercó su mano a la suya, apretándola con suavidad. Yoochun le devolvió el gesto y entrelazó sus dedos, ambos mirándose a los ojos, verdaderamente mirándose de nuevo luego de meses de separación.

“Aun no entiendo cómo fuiste capaz de volver…” Jaejoong le susurró, reconfortándose en todo lo que significaba estar de nuevo al lado de Yoochun y esta vez sin nada que pudiese detenerlos para vivir su vida.

“Yo tampoco creí que podría, pero supongo que algo de mis energías quedó latente sobre tus venas y fue lo suficientemente fuerte como para dejarme regresar a ti”

“Si creo que…siempre lo supe, siempre te sentí…a pesar de la distancia” Jaejoong esbozó una sonrisa, llevando una de sus manos a acariciar el rostro de Yoochun. Yoochun puso su mano sobre la suya y ambos se quedaron en silencio unos segundos, tan sólo bebiendo de la imagen del otro. Yoochun fue el primero en hablar.

“Es el futuro el que importa ahora, supongo que sabes que ese lobo no va a descansar hasta encontrarnos” retiró la mano de Jaejoong de su rostro para entrelazarla a la suya a la vez, apretando sus dedos.

“Lo sé” Jaejoong lanzó un suspiro. “Yo estaba bastante trastornado pero ahora soy otro. He logrado purgar mis demonios pero sé que con mi ambición volvi a destrozar otra vida por lo que…estoy dispuesto a enfrentarlo”

“Puedo sentir tu cambio” Yoochun le asintió. “Pero en esa batalla no estarás solo. Peleare a tu lado, como debió haber sido siempre. Después de todo, eres mi unión”

“¿Soy…tu unión?” Jaejoong sonrió, sus iris topacio resplandeciendo al terminar de hablarle. “Creí que nunca finalizamos el vínculo”

“Nunca es tarde” Yoochun reflejó su sonrisa. “Si estás dispuesto a abandonar tu pasado como vampiro y---“ no pudo continuar la frase porque Jaejoong se lanzó a sus brazos.

“Aun si mi destino es morir, quiero hacerlo siendo completamente tuyo. No tengo alma para ofrecerte pero puedes reclamar lo que siempre te perteneció: mi sangre y mi corazón…”

Yoochun lo estrechó con fuerza, separándolo un poco de su cuerpo para tomar su rostro entre sus manos, lentamente acercándolo hasta su nivel.

“Demonio…” le susurró antes de acortar la distancia y fundirse con sus labios. Jaejoong respondió al beso con urgencia, abriendo la boca para dejar que la lengua de Yoochun lo acariciaría y comenzara a nublar poco a poco cada uno de sus sentidos. Lo había extrañado tanto que casi lanza un quejido famélico al sentirse más hambriento que nunca. Yoochun se abalanzó hacia su figura y Jaejoong se sintió nuevamente empujado hacia la cama, pero no le importó. Había fantaseado con este momento en muchas noches de angustia, y ahora que su Yoochunnie por fin estaba a su lado nada le importaba más que él, sólo él…y su nueva vida juntos.

"Tranquilo..." Yoochun le susurró cuando sintió que Jaejoong ponía las manos sobre sus hombros y revertía sus posiciones, comenzando a desabrochar los botones de su camisa. "Aun estas malherido"

"¿Crees que me importa?" sus ojos resplandecían con lujuria cuando de un solo tirón lo despojo de su camisa y tuvo ante el su perfecto torso. Yoochun no necesitó más palabras y lo atrajo hacia si para capturar sus labios. Jaeejong jadeo y se apretó contra su cuerpo al sentir la lengua de Yoochun rozar sus colmillos. Ese pequeño enrosque de su lengua abrió una herida y las gotas de sangre ardiente terminaron de descontrolarlo. Le clavó los colmillos de un solo movimiento mientras Yoochun se quejaba contra su boca y sus manos se aferraban con fuerza a su cuerpo, apegándolo más a él. Jaejoong casi había olvidado su sabor, fuerte y adictivo...exótico, tan distinto a las otras sangres y dios...tan ardiente. Gimió de gusto en una plegaria por mas y sintió las manos de Yoochun serpentear por su torso, despojándolo de los rastros de sus ropajes. Rompió el beso solo para mirarlo a los ojos antes de hundir su cabeza en su cuello y respirarlo. Dejó que su lengua y sus besos le demostraran lo mucho que lo había extrañado antes de llegar al punto donde se desbordaba su deseo: su vena yugula. Sus labios se cerraron contra su pulso mientras sus colmillos desgarraban la piel y la sangre explotaba en su boca. Yoochun se quejó audiblemente, sus manos clavándose en sus costados para apalear el dolor. Jaejoong se restregaba contra su cuerpo, buscando desesperado sentirlo mientras la sangre le hervía en la garganta y encendía su torrente. Yoochun le concedió lo que buscaba, arqueando las caderas hacia arriba y presionándose en contra de su parte baja. Jaejoong sintió la fricción: su erección presionándose a él y gritó, rompiendo el beso, lo deseaba tanto que estaba temblando...

Yoochun lamió los rastros de sangre que habían escurrido de su cuello, subiendo hasta alcanzar el nivel de sus labios.

"Jae..." le susurró, volviendo a arquear sus caderas y lo escucho gimotear.

"D-Deja de torturarme Chunnie...si no tengo dentro te juro que voy a enloquecer..." sus jadeos fueron el detonante. Yoochun mando al diablo todo y utilizo sus energías para acabar con los ropajes que les estorbaban a ambos. La fricción de sus cuerpos desnudos entre besos y abrazos cada vez se tornaba más frenética. Yoochun palpo la herida de su cuello que aun chorreaba sangre para empapar sus dedos. Jaejoong lo miro con anticipación y alzo sus caderas para facilitarle el trabajo. Yoochun fue despacio, sus manos acariciando y masajeando la carne, deleitándose con los pequeños gimoteos que Jaejoong dejaba escapar antes de llevar los dedos a su destino. Deslizo uno dentro y Jaejoong se removió en contra, excitado y febril. Yoochun comenzó a apurar sus movimientos mientras observaba como Jaejoong comenzaba a seguir el ritmo con sus caderas. Parecía un títere jadeante y verlo así, tan entregado despertó hasta el último instinto de posesión de su demonio. Yoochun retiró sus dedos de abrupto y dejo caer el cuerpo de Jaejoong sobre su miembro hinchado y pulsante, atravesando sus paredes con el grito de Jaejoong como la más hermosa sinfonía. Yoochun gruñó al alargar sus garras, y lucho por mantenerse a un ritmo suave, pero Jaejoong inmediatamente lo persuadió, tomando las riendas del ritmo aferrando las manos a su cintura y agitando sus caderas en contra, comenzando a montarlo y a perder el control, sintiendo como el miembro de Yoochun rozaba, empujaba y golpeaba dentro, llevándolo a la cúspide del deseo, a donde perdía hasta la última pisca de razón...

"¡Ah...ah...C-Chunnie..mhm-ah!" Jaejoong ya no tenía control de sus gemidos, estaba completamente perdido en el frenesí, embriagado en cada ardiente embiste que Yoochun le daba.

"Más...¡ah! Por favor...más..."

"J-Jae..." Yoochun gruñó al sentir el compás de esas pecaminosas caderas seguirlo, gotas de sudor perlado se escurrían por sus cuerpos en el apogeo de la pasión. Yoochun enroscó las manos por el cuello de Jaejoong, trayéndolo hasta su nivel para cazar sus labios y beber de su miel. Jaejoong gimió con fuerza, el movimiento provoco que Yoochun se enterrara tan profundo dentro que Jaejoong casi no lo creyó posible, pero le provocó una erupción de gemidos que trató de sofocar en vano contra sus labios. Cuando los labios de Yoochun descendieron y atrapó la carne de su cuello entre sus dientes, Jaejoong gritó.

"¡SI! Muérdeme Chunnie..." fue todo lo que le tomó para sacar al demonio. Yoochun mordió con fuerza y desgarró la piel. La gélida sangre le empapó la boca y bebió con gusto al escuchar los pesados jadeos de Jaejoong. Yoochun escuchó el clamor de su bestia y su energía se concentró en la herida abierta, las ondas violáceas comenzando a viajar por el torrente. Con un último embiste ardiente, Yoochun derramó su semilla dentro, garras arañando la piel, y fue todo: la explosión de energía dentro de su cuerpo junto con el último embiste arrastraron a Jaejoong al orgasmo más profundo al colapsar contra su pecho con su semilla salpicada sobre su torso. Jaejoong jadeo mientras los brazos de Yoochun se cerraban contra su cuerpo, refugiado. Fue en ese entonces que Jaejoong sintió la energía dentro de su cuerpo: la sintió subiendo desde la punta de sus pies hasta reptar hasta su pecho. Tentáculos de energía violácea se cerraron contra su pecho y un dolor desgarrante lo ataco. Se aferró a Yoochun con fuerza para tratar de apalear en algo mientras trataba de encontrar su voz

"Chunnie" Jaejoong articuló con la voz entrecortada. "Algo me sucede"

"Estas cambiando, amor" Yoochun le susurró, llevando las manos a acariciar sus cabellos. "Estas cambiando..." y fue como si la energía reaccionara con esas palabras. Jaejoong sintió como dos manos invisibles le apretaban el corazón y su visión comenzó a nublarse entre cada shock que lo sacudía. Se le tensó hasta el último nervio del cuerpo, y cuando pudo recuperar la visión ya no se encontraba en la habitación, ahora...todo estaba en llamas. 'El averno' pensó pasmado cuando observo las llamaradas que fluían por las piedras, apenas se podía distinguir algo entre semejante calor, tan solo los alaridos y gritos que parecían venir de todas partes. Jaejoong se sintió etéreo, como si estuviese dentro de una burbuja observando todo el sufrimiento de millones de cuerpos desfigurados, caras sin nombres, humanos sin sombra...todos desmembrados, mutilados, despellejados por sus eternos carceleros: demonios. Los vio a todos al mismo tiempo: demonios con enormes cuernos y fuego en la piel, demonios con el cuerpo cubierto de escamas y con cabezas deformes reptilianas. Demonios hasta con forma humana, ofreciendo la salvación para ver quien caía y poder torturarlo más. Todos con tan solo un fin en mente: el sufrimiento.

¿"Crees que un demonio es capaz de amar?" Jaejoong escuchó la voz y se sobresaltó. Cuando giró el rostro hacia la voz, una luz resplandeciente lo cegó y le ardió en la piel. El resplandor reveló a una persona de tés brillante, cabello largo y del color del fuego y unas enormes alas blancas que lo mantenían a flote y ajeno a todo el sufrimiento. Cuando los iris de diamantes se posaron sobre sus ojos, Jaejoong lo reconoció: Heechul.

"Tú..." Jaejoong apenas pudo articular, el calor y la impresión de verlo lo tenían completamente pasmado.

"Mira a tu alrededor y responde mi pregunta" el resplandor de Heechul era cegador y lastimaba su piel. Jaejoong, confundido, solo tuvo el sufrimiento ante sus ojos, todo ese dolor...

"Yo tampoco soy ningún santo" le replicó y lo escuchó lanzar una risita.

"Aceptar al demonio no te hará más fuerte. Sangre por Sangre, Kim Jaejoong" y de pronto un látigo dorado había aparecido en sus manos. Jaejoong vio a Yoochun materializarse ante el ángel y su látigo cargó con un abrupto movimiento. Las fibras doradas se enroscaron en su cuello y su cabeza voló por los aires y aterrizó ante sus pies. Jaejoong gritó, horrorizado, pero cuando quiso cargar contra él, este se evaporo ante sus ojos y ante el apareció la forma de demonio de Yoochun, que lo atravesó con sus garras de un sólo ademan. Jaejoong lanzó un horroroso alarido al sentir sus interiores desgarrándose, pero justo cuando creyó que sería arrastrado al sufrimiento eterno, todo desapareció y la oscuridad lo succionó.




"Amor" Jaejoong escuchó el dulce susurro de Yoochun y fue en su búsqueda. Todos sus miembros le dolían pero se liberó de las garras de ese mundo oscuro y se arrastró a la consciencia, se arrastró de vuelta a sus brazos. Cuando abrió los ojos, Yoochun le sonrió y lo besó con dulzura.

"Sabía que lo lograrías" le dijo luego de depositar un beso en sus cabellos. "Sabía que volverías a mi"

"Siempre" Jaejoong reflejó su sonrisa. Tenía el cuerpo resentido y cuando quiso sentarse se dio cuenta de que estaba desnudo. Inmediatamente se acurrucó contra la figura de Yoochun a su lado y suspiró contra su cuello.

"Fue horrible" murmuró. "De verdad pensé que moriría allí dentro"

"Lo sé" Yoochun lo estrechó, comenzando a mecerlo contra su cuerpo. "Pero ya tienes mis ojos, eso significa que mi demonio te posee ahora a su vez. ¿Te mostro algo en particular?"

"Me mostro tu muerte a manos de Kim Heechul. Era un ángel y tenía un látigo dorado, vi cómo te cortaba la cabeza y yo---" no pudo continuar porque el sollozo le comprimió la garganta. Sentía la imagen tan vivida que le estremecía la piel.

"Tranquilo" Yoochun lo apegó más a su cuerpo. "Mi demonio especialista en mostrar los horrores más puros”

"Sangre por sangre" Jaejoong musitó. "¿Sera una advertencia?"

“Con las energías nunca se sabe, Pero descuida, nos aseguraremos de que la única sangre que corra sea la suya"



xXx




Yunho estaba tendido sobre la cama, con las manos enredadas en los mechones de piel en un gesto bastante ausente. Conciliar el sueño parecía una tarea casi titánica, más aun en esa cama tan ajena para él y con la ausencia de Heechul carcomiendo sus interiores; como un millar de agujas pinchando bajo su piel, arañando y desgarrando dentro. Las imágenes de su muerte y sus últimas palabras no dejaban de acecharlo. Todo había sido su culpa….si hubiese sido lo suficientemente fuerte para imponer su voluntad contra la de Heechul, forzándolo a quedarse dentro de la colonia nada…malo hubiese pasado y ahora estarían juntos, estarían…felices con su nuevo futuro. Cerró los ojos de abrupto y las lágrimas le humedecieron el rostro, no había forma de alejar a los fantasmas. Nada le había dolido tanto como esto…y Yunho estaba seguro que nada le dolería de esta forma. Si tan sólo hubiese una forma…alguna manera de terminar con el eco de su voz, y el desgarro de su separación. Yunho había escuchado comentar del sufrimiento del lobo de la noche, cuando todo lo que puedes ver es oscuridad. Negro, negro...no hay salida. En toda su desesperación una idea cruzó por su mente: la razón por la que estaba en agonía era porque Heechul había muerto…pero si él…moría también, entonces todo el sufrimiento terminaría y volverían a estar juntos. Se sentó abruptamente en la cama, retirando las cubiertas de piel de su torso desnudo. De alguna manera, el pensamiento lo había electrificado con una ansiedad que no había sentido en años. Todo…ya estaba arreglado, había transmitido su voluntad a los líderes de la Resistencia y su voz era considerada como ley; los híbridos por fin podían caminar a la luz del día sin ser acechados; Yunho hasta había logrado someter a la Orden de vampiros, excluyéndola al quemar su edificación en la tierra paralela para probar qué sucedería si algún vampiro se atrevía a desobedecer el nuevo tratado. ‘Ji Hae será mi voz…Ji Hae podrá guiarlos…’ Yunho pensó y concentró su fuerza en sus manos; alargando sus enormes y macizas garras. ‘No puedo seguir así…no puedo soportarlo…’ llevó su mano derecha hasta su muñeca izquierda descubierta, las garras apenas rozando la piel. Yunho cerró los ojos y apretó la mandíbula: su mano cayó y dibujó un trazo mortífero que delineó sus venas. La carne se abrió y un rio de sangre carmesí comenzó a brotar desde sus expuestas venas. Jadeó, observando prácticamente en trance como la sangre brotaba de su muñeca y comenzaba a empapar las blancas sábanas. Se dispuso a hacer lo mismo con su mano derecha, llevando sus ensangrentadas garras a su nivel, cuando de pronto una voz lo sobresaltó.

“Si haces eso nunca podrás reencontrarte con él” Yunho subió el rostro para ver una luz resplandeciente en el medio de su habitación. La luz lentamente comenzó a tomar forma humanoide y una mujer de cabellos dorados y brillantes ojos verdes apareció ante sus ojos. Yunho lanzó un suspiro, jamás podría olvidar esa voz…

“Nayna” susurró, agachando el rostro, incapaz de encarar al hada de brillo resplandeciente. No cuando tenía tanta oscuridad dentro...

“Yunho” ella se aproximó hasta la cama, tomando la muñeca abierta de Yunho entre sus manos y cubriéndola con las suyas. La herida inmediatamente se cerró con un destello de oro, pero Yunho se mantenía igual de estoico, rehusándose a subir la mirada.

“No puedo creer que quisieras atentar contra tu vida, menos con todo lo que se te ha sido otorgado últimamente” sus ojos verdes fueron a escudriñar sus facciones, pero Yunho se mantenía igual de inmutable.

“Tú…no tienes idea de lo que siento, no tienes idea lo mucho que me duele. Heechul ha muerto, Nayna. Heechul—”

“Sé lo que ha pasado, ya lo he visto. Pero Heechul dio la vida por ti, se sacrificó porque te amaba y confiaba en que tú guiarías a la gente a un nuevo futuro. Y dime… ¿Así es cómo vas a pagarle? Tirando todo a la basura y haciendo lo contrario a su voluntad…terminando con tu vida. Así nunca van a estar juntos, la única forma de reunirte con Heechul es muriendo cuando tu hora llegue y no antes” ella llevó la mano hasta el mentón de Yunho, subiendo su rostro hasta que pudo hacer contacto con sus ojos. Yunho mordió su labio inferior, sentía sus ojos humedecidos ante la irracionalidad de sus actos, pero en el estado que se encontraba realmente no había visto ninguna otra salida.

“T-Todo esto…es demasiado para mí, Nayna…” y fue todo, Yunho se quebró por completo, con su sollozo rugiendo impotente, casi como un trueno no acompañado de un relámpago. Se abrazó a ella con fuerza. Todo el dolor que sentía lo estaba sofocando y simplemente ya no podía reprimir más.

“Oh, Yunho…” Nayna lo estrechó y fue a acariciar sus cabellos, escuchando sus sollozos con el corazón comprimido. Todo el sufrimiento de Yunho estaba a flor de piel y ella prácticamente podía revivir todo su desgarro.

“Necesitas calma Yunho, necesitas aprender a dominar tus nuevas emociones, y sobre todo…aprender de tu nuevo potencial. Ese fuego moldeable que me han mostrado tus auras y que aún está inestable”

“¿C-Cómo?” Yunho le preguntó entre sollozos. “¿Cómo puedo tener calma si estoy muriendo por dentro?”

“Con un receso” ella le susurró y Yunho abrió los ojos de par en par, separándose de sus brazos para mirarla a los ojos.

“¿Un…receso?”

“Vendrás conmigo Yunho, al santuario de las hadas. Allí…tendrás paz y todo el tiempo del mundo para sanar y conectarte de nuevo con tu bestia herida”

“El santuario de las hadas” Yunho repitió, asimilando la información. Sabia de por si que las hadas vivían en otro plano, ajeno a la dimensión paralela y a la tierra y que a veces se dejaban ver dentro de las tierras pero no siempre. Los vampiros las acechaban y les robaban la luz, por lo que ellas debían de tener mucho cuidado…cuando se hacían visibles eran cazadas cual ganado.

“¿Por cuánto…tiempo?” le preguntó, limpiando sus lágrimas con el dorso de su mano.

“El tiempo que sea necesario. Hablaré con Ji Hae para dejarla al tanto de tu nuevo paradero, pero la decisión ya está tomada. Hemos visto tu dolor y tu oscuridad, sabemos todo lo que has sufrido y lo menos que podemos hacer es mostrarte la forma de purgar tus demonios. Te brindaremos un lugar de paz y lejos de todas las controversias para que puedas volver a reconectarte. Para ser el Padre, Yunho, y vencer a la oscuridad necesitar tener calma y volver a cohesionarte” Yunho tenía un millón de protestas en su cabeza, pero todas murieron al sentirse envuelto por una luz completamente resplandeciente. Se sintió etéreo, liviano…y de un momento a otro estaba flotando en la habitación, envuelto en el resplandor. La luz se incrementó y un millón de partículas doradas lo envolvieron y luego…su cuarto desapareció y se encontró tendido sobre el césped bajo el amparo del cielo más azulado que alguna vez pudo observar…



-o-


Koiko: Volvemos a girar mis lectores. Nuevo cambio con Yunnie tocando fondo y yéndose a una especie de “Rehab” y los Soulmates consumando su vínculo finalmente pero no exentos de polémicas…¿Será una profecía o qué? Hagan sus apuestas :B
Sólo me queda agradecer a todas las que me siguen leyendo y me comentan sus reacciones. Por ustedes superé el bloqueó y pude seguir escribiendo viento en popa yaaaay :D

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